El café, ¿es beneficioso o perjudicial para la salud?

Son muchas las teorías que se han publicado sobre las propiedades y los peligros del café pero, ¿sabemos cuántas tazas diarias entran dentro de las aconsejables o, a qué personas no se les recomienda consumirlo? Nos lo aclara la nutricionista Marta Lorenzo

Por hola.com

Hoy en día el café, más que un alimento, es una forma de vida. Es el protagonista de muchas de nuestras reuniones con amigos, de los descansos de trabajo, está presente cuando queremos tener una charla informal con alguien, en las sobremesas e, incluso en las primeras citas. Es más, para muchos, es algo fundamental y no son capaces de afrontar el día sin antes tomarse un café a primera hora de la mañana.

Por eso, no es de extrañar que el café sea uno de los alimentos que más controversia ha generado a lo largo del tiempo. Se han escrito miles de páginas y realizado centenares de estudios que aún hoy alimentan la polémica entre nutricionistas y consumidores: ¿es adecuado o no su consumo? La respuesta más consensuada por los científicos es que, si se toma en cantidades moderadas – es decir, dos o tres tazas al día -, encaja en un estilo de vida saludable. No obstante, en exceso se vuelve perjudicial.

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Ahora, la nutricionista y colaboradora de ¡Hola!, Marta Lorenzo, nos cuenta las propiedades más importantes del mismo y algunos detalles que tenemos que tener en cuenta si somos consumidores habituales de café.

  • Es un estimulante del sistema nervioso central. La cafeína bloquea la acción de la adenosina - un transmisor nervioso que produce calma y tranquilidad - provocando una sensación de euforia y fuerza durante algunas horas.

 

  • Aumenta el estado de alerta y de agitación. Gracias a este alimento, se incrementa la actividad cerebral a través de diferentes neurotransmisores. Además, el café hace que mejore nuestro tiempo de reacción, la memoria y el estado de ánimo y de vigilia.

 

  • Aporta antioxidantes naturales. El café es una gran fuente de antioxidantes fenólicos, tales como los ácidos clorogénicos y cafeicos. Estos protegen al organismo de la oxidación celular y las posibles daños provocados por las radicales libres.

 

  • Tiene efecto diurético. La cafeína aumenta el flujo sanguíneo hacia los riñones, reduciendo así la absorción de agua y de sodio, por lo que ayuda a eliminar los líquidos.

 

  • Es digestivo. Tomar café después de comer facilita la digestión porque la cafeína estimula la secreción gástrica.

 

  • Protege contra muchas enfermedades. Se ha demostrado que el consumo moderado de café reduce el riesgo de padecer hipercolesterolemia y, en pequeñas dosis, también disminuye el daño físico en enfermedades crónicas como el Parkinson y el Alzheimer. Además, tiene una actividad inhibidora contra la diabetes de tipo 2.

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El café, no apto para todos los públicos

Como explica la experta Marta Lorenzo, el café puede resultar muy beneficioso y, de hecho, no hay evidencia científica de lo contrario. No obstante, como todo, debemos estudiarlo de forma individual, ya que estos beneficios pueden convertirse en propiedades perjudiciales dependiendo de la persona que lo consuma.

Cuidado si eres una persona nerviosa. Según la experta, el café puede estimular en exceso el sistema nervioso central y el músculo cardiaco, acelerando al individuo hasta llegar a ser peligroso. También, si se consume en grandes cantidades, puede provocar insomnio o dificultad a la hora de conciliar el sueño.

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La cara ‘b’ del efecto diurético. De la misma manera que esto puede ayudarnos a eliminar ciertos líquidos, el exceso de diuresis también puede llegar a ser perjudicial por la pérdida excesiva de minerales a través de la orina. Además, nuestro cuerpo puede sufrir deshidratación.

Los peligros de la cafeína. En ciertos casos, no es muy recomendable añadir esta sustancia en la dieta, ya que tiene un papel inhibidor que hace que no se absorban ciertos nutrientes o sustancias. Este sería el caso de:

  • Algunos fármacos: el consumo de cafeína con algunos medicamentos, puede provocar un problema de absorción y, por lo tanto, el medicamento no tendría el efecto deseado.

 

  • Personas con anemia: nunca deben tomar un suplemento de hierro o un alimento rico en hierro junto con café o cafeína, ya que esta impide la absorción del hierro.

 

  • Personas con osteoporosis o problemas en los huesos: al igual que en el caso anterior, debemos evitar mezclar cafeína con lácteos, porque esta produce una ligera disminución de la absorción intestinal de calcio.

 

  • Personas con enfermedades cardiovasculares: la cafeína hace que aumente la presión arterial y la frecuencia cardiaca, por lo que se aconseja limitar su ingesta en pacientes con enfermedades cardiovasculares y/o hipertensión.

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Puede dar problemas de estomago e intestino. No es recomendable tomar café sin haber comido antes, ya que estimulará los ácidos gástricos irritando el estómago y el intestino, causando dolor e inflamación.

Problemas para dormir. Si eres una persona con dificultades para conciliar el sueño, tomar café en las horas previas al descanso puede ser lo menos acertado. Es más, si se consume en exceso puede llegar a provocar insomnio.

En definitiva, el papel de la cafeína puede ser tan saludable como perjudicial, todo depende de la persona que lo ingiera y, por supuesto, de la moderación con la que se consuma. Por todo lo demás, disfrutar de alguna taza de café al día puede seguir siendo un momento placentero sin que implique un riesgo para la salud.