Diez razones de peso para dejar de fumar

Además de la salud, pueden mejorar otros muchos aspectos

Por hola.com

Inicio especial fumadores.

Si aún no está convencido de que dejar de fumar será bueno para usted, tal y como reza el eslogan de la última campaña del Ministerio de Sanidad -"En tu interior, sabes que también será bueno para ti"- vamos a intentar darle diez argumentos para que, al menos, se lo plantee. No vamos a incidir en los métodos, casi infinitos, que pasan por reuniones de grupo, libros, parches y chicles de nicotina, fármacos, acupuntura, hipnosis o incluso la propia fuerza de voluntad... Sea cual sea su caso, y teniendo en cuenta que lo ideal es contar con el apoyo de un profesional médico que le asesore, queremos hacer hincapié en las razones de peso que le animen a apagar de forma definitiva el cigarrillo. Diez razones que le exponemos a continuación para no venirse abajo y, si aún no lo había decidido, tal vez logremos convencerle para que este decisivo 2006 sea el de una decisión de la que, seguro, nunca se arrepentirá.

  • Salud. Las sustancias perjudiciales que inhalamos al fumar son múltiples, pero las más nocivas son la nicotina, que crea la adicción y condiciona la dependencia física y psíquica; el alquitrán, que se deposita en los bronquios y los obstruye; y el monóxido de carbono, que compite con el oxígeno y produce una disminución de la oxigenación de los tejidos. El cáncer de pulmón y de laringe, la bronquitis crónica, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la cardiopatía coronaria están relacionadas directamente con este hábito.

  • Higiene. Además de ensuciar el entorno, la dentadura adquiere con el tiempo un color amarillento debido a la fijación de la nicotina sobre el esmalte de los dientes y favorece la aparición de sarro. Igualmente, la piel de los dedos se pigmenta de amarillo, y el aliento y el olor corporal cambian con el tiempo.

  • Ventajas para su piel. El cutis también sufre los efectos del humo del cigarrillo y envejece antes. La doctora Paloma Ramón, dermatóloga y cirujana plástica y reparadora de Corporación Dermoestética lo explica: "El humo del tabaco contiene, entre otros elementos, un exceso de radicales libres que envejece tanto al que fuma como al que está a su lado. El cuadro clínico de una piel fumadora es muy específico. Tiene mucha mayor tendencia a deshidratarse, así como una deficiencia crónica de vitaminas y minerales, en particular vitamina C. Provoca también un déficit de oxigenación en la sangre, y afecta a la microcirculación cutánea. Como el riego sanguíneo es más deficitario, la piel aparece como apagada, castigada y falta de vida".

  • Respeto. En este apartado de razones, la figura del 'fumador pasivo' es la más relevante. Recuerde que fumadores pasivos son todos aquellos que le rodean cuando fuma. Las personas más cercanas, sus seres más queridos, su familia... todos padecen y se ven perjudicados por la inhalación de humo de sus cigarrillos.