Ideas a la última para caer rendido ante Oporto

Del barrio de La Ribeira a los cruceros por el Duero, pasando por la librería más bonita de Europa, la calle de los jóvenes diseñadores o las quintas donde aprender a degustar el vino de esta tierra. Un montón de propuestas irresistibles para tomar el pulso a la ciudad portuguesa con más brío, con permiso de Lisboa.

por hola.com
LA RIBEIRA
Tal vez la manera más oportuna de empezar a descubrir esta ciudad de Portugal sea la de quedarse con su mejor postal, la que ofrece la ciudad desde la Ribeira. Desde este paseo junto al río se observa el puente de Luis I, de un discípulo de Eiffel y se contempla el trajín de barcos navegando por el Duero. Tomar uno de ellos para hacer un pequeño recorrido por el río y tener otra perspectiva de la ciudad, o callejear entre sus casas de colores en busca de buenos restaurantes y comercios son casi una obligación.

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CAFÉ MAJESTIC
En la rua Santa Catarina 112, la calle peatonal más comercial de Oporto, abre sus puertas este café de estilo belle époque de 1921 incluido en el top 10 de los más bonitos del mundo. Un clásico por el que pasar a media mañana para darse el capricho de tomar su brunch, ya sea en su sala o en su terracita, y disfrutar de un pequenho almoço.

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LIBRERÍA LELLO E IRMAO
Pasa por ser la librería más bella de Europa, y es posible que lo sea. Todo un templo de la lectura que ocupa un edificio de estilo neogótico de 1906 situado cerca de la Torre de los Clérigos, la más alta de Portugal. Su ambiente de otra época, los estantes de madera labrados llenos de libros, la vidriera del techo y, sobre todo, su espectacular escalera central de líneas curvas parece sacada de la imaginación de J. K. Rowling, la autora de Harry Potter, quien vivió en Oporto y dicen que se inspiró en ella para dar vida al castillo de Hogwarts.

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L’KODAC
Probablemente este restaurante-bar situado sobre la misma praia do Aterro sea la sala con mejores vistas de todo Oporto. Si hace bueno tiene una terraza en el mar privilegiada; dentro, es un local decorado con sumo gusto donde se puede ir a probar una amplísima carta de sushi y tomar una copa por la noche.

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MERCADO DO BOLHAO
Perderse entre los puestos de frutas, flores, carne y pescados de este tradicional mercado abierto en 1914 en el barrio de Santa Catarina es toda una experiencia entre decadente y nostálgica que todos deberían probar, aunque no se haga la compra del día a día.

COMERTE UNA FRANCESINHA

Es una de esas cosas que sí o sí hay que probar en Oporto, más allá del omnipresente bacalao, los tripeiros y el pulpo a la brasa. La francesinha es una especie de sandwich más o menos contundente que incluye pan de molde, filete, salchicha fresca, mortadela y queso gratinado acompañado de una salsa de tomate y cerveza. Las del Café Santiago (Passos Manuel, 226) tienen fama.

EN UN VIEJO TRANVÍA
Difícil será resistirse al encanto de subirse a uno de los famosos tranvías que recorrer el centro histórico de Oporto y cubren buena parte de los itinerarios turísticos más interesantes. El trayecto de la línea 18 (Massarelos-Carmo) es, sin duda, uno de los más completos.

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BODEGAS DE VILA NOVA DI GAIA
Para descubir las bondades de los vinos de Oporto hay que cruzar al otro lado del río. Frente a la ciudad, en Vila Nova de Gaia, tienen su sede las más famosas bodegas que lo producen (Sandeman, Ferreira, Ramos Pinto, Calem, Offley…).

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ALOJARSE EN THE YEATMAN
También en Vila Nova de Gaia se encuentra el primer hotel vinícola de Portugal y el embajador perfecto de los mejores vinos portugueses. A ello suma sus espectaculares vistas sobre el río Duero y la ciudad, su bodega, sus habitaciones inspiradas en la esencia portuguesa, la cocina de su restaurante, con estrella Michelin, y su spa, un oasis de tranquilidad donde disfrutar de tratamientos de vinoterapia. Para entrar y no salir.

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QUINTAS DEL DUERO
El llamado país del Oporto puede presumir de ser una de las regiones vinícolas más despampanantes del mundo. Durante kilómetros y kilómetros se despliegan paisajes de viñedos extraordinarios catalogados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El río Duero ejerce de hilo conductor y va enhebrando bodegas, pueblecitos con sabor y museos consagrados al vino, amén de quintas en mitad de los viñedos, donde aprender a apreciar sus matices en las catas que organizan. La Quinta do Portal (quintadoportal) o la bodega Seis Quintas Martúe, de propiedad española, son algunas de las que ofrecen actividades de enoturismo.

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EL ARTE DEL AZULEJO

En busca del mejor testimonio del arte portugués, que convierten en un libro ilustrado las fachadas y paredes de muchos de sus monumentos, hay que llegar hasta la iglesia del Carmen para admirar el panel que cubre su fachada lateral, la capela das Almas y, sobre todo, la estación de Sao Bento, con la colección más extraordinaria de los típicos azulejos de color azul de Oporto; diseñados en 1930, consta de unos veinte mil que muestran escenas de batallas históricas.

OPORTO DEL SIGLO XIX
Desde su inauguración en 2005, la Casa da Música se ha convertido en uno de los símbolos del Oporto más moderno. Un edificio con forma de cubo obra del holandés Rem Koolhaas para amantes de la música y de la arquitectura. Del portugués Álvaro Sinza es la Fundación Serralves, de líneas rectas y muros blancos. Dos de los mejores exponentes del Oporto del siglo XXI.

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BOMBARDA, PURO DISEÑO PORTUGUÉS
Ropa de jóvenes diseñadores, galerías del nuevo arte luso, tiendas de mobiliario vintage… A lo largo de esta extensa calle se suceden decenas de propuestas para descubrir la cara más vanguardista de la ciudad.