Todo lo que tienes que tener en cuenta si tienes hipersensibilidad dental

La sensación es tan incómoda, incluso dolorosa, que los pacientes buscan una solución, porque puede llegar a interferir en su calidad de vida

Por Pilar Hernán

La hipersensibilidad dental es un dolor intenso y repentino que sientes en tus dientes cuando te enfrentas a estímulos como un helado en un día de verano. “Este dolor, que varía desde una leve molestia hasta un dolor agudo, puede ser transitorio o convertirse en tu nuevo compañero no deseado. Es como si tus dientes tuvieran una especie de ‘sensibilidad extra’ que no es muy divertida”, nos explica la odontóloga Cristina Moreno.

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¿Cuáles son las causas que la provocan?

La especialista nos pone una comparación muy gráfica para entender los motivos por los que podemos padecer este problema. “Tus dientes, protegidos por el esmalte y las encías, son como un castillo. Cuando las protecciones se debilitan, los invasores -los estímulos- pueden alcanzar el nervio del diente a través de los tubos en la dentina expuesta, causando ese dolor agudo”, apunta. ¿Cuáles son esos ‘invasores’? Para la odontóloga, los estímulos más comunes son:

  • El desgaste del esmalte dental debido a caries.
  • El cepillado agresivo.
  • El rechinar de dientes (bruxismo).
  • La exposición de las raíces debido a encías retraídas.
  • El consumo excesivo de alimentos y bebidas ácidas que atacan a nuestros o a una enfermedad periodontal.

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¿Cómo se llega al diagnóstico de este problema?

“En realidad, quien tiene hipersensibilidad dental lo va a saber antes que nadie; no es algo que pase desapercibido si cada vez que muerdes algo frío sientes una corriente nerviosa en tus dientes. Por supuesto, un dentista lo va a saber en una consulta rutinaria y será este profesional el que nos diga si tenemos una sensibilidad normal o podemos hablar de ‘hipersensibilidad’, que es una reacción fisiológica desmesurada ante un estímulo”, nos detalla. Y añade que estamos ante un motivo habitual de consulta. “La sensación es tan incómoda, incluso dolorosa, que los pacientes buscan una solución, porque puede llegar a interferir en el disfrute de la vida. Así que es uno de los temas más comunes en la sala de espera del dentista”, nos explica.

¿Es un problema que se puede prevenir?

Tal y como nos explica la doctora, hay que diferenciar entre aquellas personas que por su propia peculiaridad fisiológica tienen esta idiosincrasia desde niños. “En ellos la reacción del cuerpo les acompaña desde siempre y no podremos hablar de prevención sino de atemperación de los síntomas. Pero la mayor parte de los afectados desarrollan esa sensibilidad a lo largo de su vida, porque su dentadura se ha visto expuesta a agresores que han deteriorado el esmalte, por lo que sí podemos hablar de prevención. Sin embargo, no olvidemos que como todo síntoma corporal la sensibilidad es una respuesta de un cuerpo realmente sabio que nos avisa de algo”, argumenta.

“¿Qué quiero decir con esto? Que es una alerta que se activa para estar atentos a una agresión que sufre el cuerpo. Como es un mecanismo de supervivencia del cuerpo, la sensibilidad dental no puede evitarse, ni debe hacerse. Y es que, una cosa es que nuestro sistema nervioso funcione correctamente y reaccione ante una agresión (sensibilidad dental) y otra que nuestra sensibilidad dental sea desmesurada, una respuesta hipertrofiada, o lo que llamamos hipersensibilidad dental”, continúa. Y nos aclara que una vez entendemos esto, lo que si podemos hacer es no tener conductas que atenten contra nuestra dentadura hasta el punto de eliminar las propias defensas contra las agresiones externas. “Es fácil: mantén tus dientes y encías fuertes, usa un cepillo adecuado según tus dientes y encías, limita el consumo de alimentos y bebidas ácidas, utiliza pastas de dientes desensibilizantes y mantén al día tus citas con el dentista”, sugiere.

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Cambios en el estilo de vida

¿Un paciente con hipersensibilidad dental debe cambiar determinados hábitos de su higiene dental o de su alimentación? “Sin duda, un cambio de estilo de vida puede ser la clave para deshacerse de esa hipersensibilidad dental, que no de la sensibilidad dental porque ya hemos visto que, en sí, no es malo”, dice la odontóloga, que sugiere las siguientes medidas:

  • Es muy importante la búsqueda de ayuda del profesional y de higienistas que nos enseñen a cepillarnos adecuadamente y qué pasta y enjuagues usar.
  • Hay que adoptar hábitos de higiene dental más suaves y amigables, como cepillarte con un cepillo adecuado y una pasta de dientes desensibilizante.
  • También hay que acostumbrarse a usar el hilo dental, y en la mesa mantener a raya los alimentos y bebidas ácidas que debilitan el esmalte.
  •  Hay que enjuagarse la boca y beber mucha agua para hidratar y limpiar la cavidad bucal.

Una vez que se diagnostica, el objetivo es, claro está, mitigar la molestia. “El camino hacia una boca sin hipersensibilidad pasa por seguir las indicaciones de tu dentista. Esto puede incluir el uso de pastas de dientes desensibilizantes, barnices de flúor para reforzar tu esmalte o, incluso, un tratamiento más específico si la causa de tu sensibilidad es otra afección dental. Cada paso que se tome será un paso más cerca de poder disfrutar de ese helado o café sin temor a la sensibilidad”, concluye.