Dejar de fumar: una necesidad, una obligación

Nuestro experto, el doctor Eduardo Junco Anós, nos resume las consecuencias negativas del tabaco para nuestra salud

Por hola.com

Inicio especial fumadores.

Dentro de pocos días entra en vigor en España la conocida como ley antitabaco o ley del tabaco. A partir del 1 de enero de 2006 los fumadores lo van a tener complicado y esto ha hecho que muchos se planteen de una vez por todas la necesidad obligada de dejar de fumar.

El consumo de tabaco supone un importante problema socio-sanitario y un reto para los profesionales de la salud. En España, el 34% de la población adulta fuma y el 28% de los escolares también lo hace, con una edad de inicio de 13-14 años. El tabaco constituye la principal causa de muerte prematura en los países desarrollados. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso del tabaco ocasiona la muerte, de forma directa o indirecta, de al menos 3 millones de personas al año en todo el mundo. Unas 450.000 pertenecen a la Unión Europea y 45.000, a España.

Estas cifras chocan todavía más cuando se conoce que en España se producen 8.000 muertes al año por sida, y alrededor de 6.000 en accidentes de tráfico (como se puede comprobar, el tabaco mata el triple que estos dos problemas juntos). En los países donde el hábito de fumar esta bien establecido, éste influye en aproximadamente uno de cada tres de todos los cánceres, especialmente los de laringe, cavidad oral, esófago, estómago, hígado, páncreas, riñón, vejiga, cervix y pene. Respecto al pulmón, es bien conocida la patología relacionada con el tabaco: el 90% de las muertes por cáncer de pulmón están relacionadas con el hábito de fumar y más de un 30% de los fumadores desarrolla bronquitis crónica o enfermedad enfisematosa de los pulmones. Se ha demostrado también que el tabaco es el responsable de un 25% de las anginas de pecho y de una mayor incidencia de enfermedades cardiorrespiratorias, cerebrovasculares, úlcera péptica, complicaciones del embarazo y amputación de extremidades.

Todos estos datos no hacen más que corroborar la imperiosa necesidad de tomar determinaciones, cada uno la suya propia y las administraciones públicas y en concreto las sanitarias, las suyas específicas. Desde el punto de vista sanitario el tabaco es sin lugar a dudas un perjuicio absoluto para la salud y un generador de enfermedades y de muerte.