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Radiante de felicidad y pletórica, así ha llegado Belén Rueda a la gala inaugural de la 54ª edición del Festival de Sitges. La actriz, muy favorecida con un vestido midi rojo con cola, ha posado ante los flashes sin parar de sonreír, consciente de que iba a vivir una noche única e inolvidable por varias razones. Por un lado, ha sido la gran protagonista de la velada al recibir el Gran Premio Honorífico con el que se rinde tributo a su dilatada y exitosa carrera profesional. Además, en esta velada en la que se ha reencontrado con muchos de los amigos que le ha dado la interpretación, ha recibido el galardón ante un espectador muy importante: su pareja. Javier Artime, con el que sale desde hace dos años, la ha acompañado por primera vez a un acto público, dando de esta manera un paso más en su discreta historia de amor.
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Tras publicar la revista ¡HOLA! a finales de 2019 las fotos que confirmaban la relación de Belén y Javier durante una escapada a Baqueira Beret, ambos han mostrado su amor con naturalidad. Hasta el momento, sin embargo, él se había mantenido en un segundo plano, lejos del foco mediático, y no había asistido a actos públicos sino que únicamente había participado en celebraciones íntimas y familiares o los habíamos visto realizando actividades cotidianas. "En la mejor compañía", ha dicho la actriz de 56 años muy orgullosa al posar en la alfombra roja con el hombre que le ha devuelto la felicidad y con el que ha elegido compartir su vida. El piloto, con una enorme sonrisa, agarraba por la cintura a la actriz mientras los flashes captaban los detalles de esta velada mágica que, con toda seguridad, ambos recordarán siempre con cariño.
Uno de los momentos más emotivos de la gala, presentada por Melina Matthews y Dafnis Balduz, ha sido cuando Belén se ha subido al escenario. "En Sitges se respira cine, ilusión, esperanza, y es además un festival que da espacio a los jóvenes para presentar sus proyectos", ha dicho la intérprete, que ha recibido el reconocimiento de la mano de una persona que ha jugado un papel destacado en su carrera, Juan Antonio Bayona. Al verle le ha dado un gran abrazo y ha dado las gracias a la vida por poder juntarse de nuevo. Cabe recordar que El orfanato, la ópera prima del cineasta, fue un proyecto muy importante para ella por el que fue nominada a los Goya y ganó un Fotograma de Plata. En su currículum también destacan otros títulos relevantes como Mar adentro, Los ojos de Julia, Los Serrano o Periodistas.
Deportista, piloto y hermano de una artista plástica
La profesión de Javier, que es casi veinte años menor que la intérprete, nada tiene que ver con la industria cinematográfica sino que es piloto de aviones. Fuera de su trabajo disfruta haciendo deporte, tanto en el gimnasio como al aire libre, donde practica bici o pesca submarina. Esta última disciplina hace que una de sus visitas ineludibles sea el Cabo de Peñas, en Asturias, uno de sus lugares favoritos.Por su parte, su hermana Teresa es graduada en arquitectura por la Universidad Politécnica de Madrid y gran apasionada del arte, principalmente la pintura y la música. Desde hace dos años compagina pintura y arquitectura y ha realizado ya varias exposiciones. Belén admira su trabajo y la ha visitado en su estudio. "Tus cuadros son alegría", le decía. También él está muy integrado en la familia de la actriz, de hecho, pasaron el confinamiento juntos en casa de ella, donde se encontraban las dos hijas de la intérprete, Belén y Lucía, nacidas durante su relación con el productor Daniel Écija, del que se separó en 2004.
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