Es moderno, limpio y mestizo. Uno de los países más pequeños del mundo y también uno de los más densamente poblados formado por 63 islas que soñó con convertirse en una Suiza asiática y ha cumplido su sueño. Estable y próspero, cuenta con todo el exotismo y el misterio de este continente, a lo que une la pulcritud y el orden occidental. También apuesta por la diversidad y por la convivencia pacífica y cordial entre culturas, pero, sin duda, hoy uno atrae por su gastronomía, que ha logrado hacerse un hueco entre las mejores de Asia. Es hora de descubrir su capital homónima.
El restaurante Flutes, en el Museo Nacional, ofrece cocina creativa y es una de las mejores opciones para descubrir la alta calidad gastronómica de este país.