En una crisis sanitaria sin precedentes en décadas, sin duda, nos estamos encontrando con diferentes formas de afrontar la pandemia por parte de los ciudadanos. Incluso una misma persona puede pasar por distintas etapas en medio de todo estre proceso que, sin duda, se ha llevado por delante nuestra forma de vida habitual. Es algo que ya sucedió durante el confinamiento. Así. os encontramos con personas que tienen mucho miedo, con gente escéptica, con un enorme grupo de personas concienciadas y responsables... Y también, frente a la crisis actual, nos encontramos con la figura de los negacionistas, aquellos que no creen ni en la envergadura del problema que ha causado el coronavirus a lo largo y ancho del planeta, ni en las medidas que nos imponen las autoridades. Uno de los últimos casos ha sido el de un profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, denunciado por animar a sus alumnos a prescindir de la mascarilla, en contra de todas las recomendaciones.
Lo cierto es que dentro de este grupo se pueden encontrar diferentes ramas: desde personas muy críticas con la gestión de la crisis a personas que niegan directamente la existencia del virus. No es una corriente psicológica nueva, tal y como nos cuentan los expertos de GrupoLaberinto, que explican que a lo largo de la historia este comportamiento humano se ha presentado como un movimiento social que tiene una función adaptativa, que sirve para minimizar los recursos cognitivos que debemos invertir en la toma de decisiones. Nos resumen cuáles son los factores psicológicos más habituales que llevan al negacionismo, partiendo de que, aunque no se puede generalizar, desde la psicología hay factores individuales y sociales que influyen en nuestra postura, como pueden ser los siguientes.
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