¿Quién no ha escuchado a sus abuelos hablar de la dieta que llevaban hace años? Esa en la que las patatas y las raíces eran la base de su alimentación cuando no había tanta variedad de alimentos al alcance del bolsillo. Aunque tubérculos, bulbos y raíces fueron, en una época, productos característicos de la escasez alimentaria, lo cierto es que en los últimos tiempos están encabezando la base de recetas, incluso, en la alta cocina. Sobre todo porque su textura, sabores y colores ofrecen una amplia posibilidad de preparar distintos platos aptos para cualquier paladar.
A pesar de que a simple vista podrían parecernos iguales, hay que diferenciar entre unos y otros. Por una parte, los tubérculos son un engrosamiento del tallo, crecen bajo la tierra y almacenan nutrientes y agua para la planta. Y, por otra, las raíces que fijan la planta al suelo y son las responsables de absorber los nutrientes