13 de enero
Era el momento de poner negro sobre blanco lo que tantas especulaciones suscitaba. Por aquel entonces, la intención de los duques de Sussex era dejar de ser miembros senior de la Casa Real, pero dejando la puerta abierta a participar en algún acto institucional. La Reina, sin embargo, no era partidaria de medias tintas y organizó una cumbre de la plana mayor de los Windsor en su residencia de Sandrigham para aclarar los términos de su retirada.
La expectación mediática era máxima y los alrededores de la casa de campo se llenaron de periodistas que apenas pudieron sacar imágenes de los 'royals' allí reunidos, más allá de la llegada de algún coche.
El encuentro comenzó con una reunión privada entre Isabel II y el príncipe Harry. Aunque en un principio se pensó que participaría Meghan Markle por teléfono, finalmente no fue así. Tras la reunión bilateral, se unieron el príncipe Carlos y el duque de Cambridge. La cumbre se saldó con un comunicado de la soberana en clave muy personal en el que establecía un periodo de transición y emplazaba a las partes a concretar las condiciones de su salida: "Harry y Meghan han dejado en claro que no quieren depender de fondos públicos en sus nuevas vidas. Por lo tanto, se acordó que habrá un periodo de transición en el que los Sussex pasarán tiempo en Canadá y el Reino Unido. Estos son asuntos complejos que mi familia debe resolver, y aún queda mucho trabajo por hacer, pero he pedido que se tomen decisiones en los próximos días"