Carolina de Mónaco
A diferencia de la princesa Charlene, que apostó por la sobriedad en lo referente a las joyas, Carolina de Mónaco transformó su estilismo añadiendo un original collar de piedras con pendientes a conjunto, así como diferentes anillos en dorado, plata y piedras. Al igual que su hija Carlota, llevó el cabello recogido en un moño, aunque en su caso más bajo y discreto, con raya ladeada. En su maquillaje destacaban los tonos tierra en mejillas, sombras y labios.