La constancia, un factor clave
Como decíamos, estamos muy acostumbrados a leer que es vital la constancia, en cualquier disciplina, en cualquier ejercicio que nos dispongamos a practicar. Nos sabemos la teoría, pero, ¿cómo llevamos esto a la práctica? ¿Cuáles son las claves para ser constante? Julia Arteaga Aguilar lo tiene claro y nos lo resume en cuatro puntos:
1. En primer lugar, dejando de lado la creencia de que una práctica regular de yoga supone hacer posturas durante una hora cada día de tu vida. Yoga pueden ser 2 minutos de meditación, un ejercicio de respiración o tres posturas. Yoga es pararte a vivir el momento presente con consciencia. Y este concepto cabe en la agenda de cualquier estilo de vida. Obviamente, notaremos los beneficios del yoga cuanto más tiempo le dediquemos, pero como en todo, importa más la calidad que la cantidad.
2. En segundo lugar, la forma de combinar nuestro ajetreo diario con el yoga es siendo conscientes del tiempo que perdemos en cosas que no nos aportan nada y el tiempo real del que disponemos. Una vez nos demos cuenta de esto podremos asignar un tipo de práctica de yoga realista en ese espacio de tiempo. De esta forma, el yoga no estará reñido con nuestro estilo de vida y podremos empezar a disfrutar, de verdad, de los beneficios de la práctica.
3. En tercer lugar, entender cómo funciona nuestra mente y el proceso de adquisición de un hábito nos ayudará a no abandonar a la primera de cambio.
4. Y por último, aplicar todo esto a la práctica de yoga con claves prácticas que iremos implementando progresivamente y con paciencia.
“En mi libro profundizo en cada uno de estos puntos, para que el lector solo tenga que proponérselo y ponerlo en práctica”, nos cuenta.
Lee también: 7 asanas de yoga que te ayudan a mejorar tu postura si teletrabajas