A la hora de vestir la mesa, solemos prestar más atención a la vajilla e, incluso, a la cristalería y considerar los manteles solo desde el punto de vista práctico. Sin embargo, pueden ser no solo los reyes de la mesa, sino también definir el ‘look’ de la estancia. En esta selección, encontrarás modelos que son un homenaje al campo y sus flores, otros se rinden ante el encanto del mar y muchos siguen apostando por la sencillez y ponen el acento ‘deco’ en el tejido y la textura. Los colores neutros son una apuesta ganadora, aunque se cuelen diseños en tonos llamativos que lucen palmito solo en estos meses estivales. Por cierto, aunque somos conscientes que en verano la etiqueta se relaja, no hemos caído en la tentación de incorporar diseños resinados o vinílicos: cuestión de estilo. Además, tenemos todo controlado, ya que sabemos cómo lograr que los manteles blancos vuelvan a ser blancos.
1. Con sabor a mar
Aunque en este caso el océano Atlántico. Moniz de Pepe Peñalver toma su nombre de Porto Moniz (una localidad costera de Madeira) y sabe y huele a agua salada. Inspirándose en las formas que el mar dibuja, copia ese espejismo natural y lo estampa en lino y en un atrevido azul , aunque está disponible en otros tres colores. Combínalo con una vajilla blanca y, estés donde estés, te parecerá que comes en la playa.
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