La destrucción que ha provocado la erupción, que comenzó hace ya una semana, deja un balance trágico. Más de 6.000 personas han tenido que ser desalojadas, más de 400 viviendas han quedado destruidas y la lava ha cubierto más de 210 hectáreas de terreno (16 kilómetros de carreteras), aunque la ceniza se extiende por más de 1.300 hectáreas, según las últimas estimaciones. En las últimas horas se ha podido ver como la lava se tragaba la iglesia y el centro médico de Todoque, una de las zonas más afectadas