Si alguien no te cae bien, no tienes una relación de amistad con él, es más, no te genera buenos sentimientos, no le harías un favor. Parece de perogrullo, pero no siempre sucede así. ¿Has oído hablar alguna vez del llamado Efecto Benjamin Franklin? Se trata, precisamente, de ese momento en el que hacemos un favor a una persona que, paradójicamente, no nos gusta y, desde ese momento, puede incluso cambiar nuestra percepción hacia ella.
“El efecto Benjamin Franklin viene a decir que la percepción que tenemos de una persona es influenciada cuando le prestamos ayuda o le hacemos un favor. Es decir, nuestra lógica habitual nos lleva a pensar que cuando le hacemos un favor a alguien, es porque nos cae bien o nos despierta simpatía, sin embargo, el efecto Franklin, nos dice que la relación es inversa; porque le hemos hecho un favor, nos cae bien”, afirma la psicóloga Laura Portaencasa, de Mundopsicologos.com.
¿Cuál es su origen?
Tal y como nos resume la experta, el origen de esta teoría toma su nombre de un evento relacionado con el famoso político, inventor y científico Benjamin Franklin, una de las figuras más importantes del siglo XVIII, que jugó un papel fundamental en la fundación de los Estados Unidos. Todo viene de un problema de enfrentamiento político, y es que Franklin estaba preocupado por su acérrimo oponente en la Asamblea Legislativa. ¿Qué hizo? Decidido a poner fin al asunto, le pidió a su enemigo que le hiciera un favor, y le pidió prestado un texto muy raro que pertenecía a su biblioteca. Ahí comenzó a cambiar todo: el hombre, muy culto, se sintió halagado, además de sorprendido, como parece obvio, y aceptó con placer. La clave estuvo en que este episodio marcó el inicio de un acercamiento y, es más, la base de una larga amistad.
Lee también: Claves para ser más sociable y conocer amigos nuevos