Cómo identificar a una persona arrogante
Nos planteamos si es sencillo desenmascarar a una persona arrogante, cuáles son sus rasgos más definitorios.
-La persona arrogante suele ser antipática. Tiene una expresión corporal muy rígida y distante. Su sonrisa poco expresiva o nula es capaz de helar la tuya al observar una ausencia total de reciprocidad afectiva cuando coinciden las miradas, (que no suelen coincidir), ya que te miran de arriba a abajo como sí quisieran radiografiar todo lo tuyo menos el mirarte a los ojos.
-Derrochan un halo principesco de gran superioridad y grandiosidad. A veces hasta consiguen firmemente que las personas que están a su lado se sientan realmente invisibles, como si de objetos y no seres humanos se tratara.
-Utilizan un lenguaje muy egocéntrico, basado en el modelo mecánico del “yo-yo”; un mí, me y conmigo es la base de su conversación, orientando toda la dinámica de sus palabras (si es que se dignan a hablarte), en torno a ellos.
-No preguntan jamás ni se suelen interesar por la vida emocional de los demás, un cerco o aureola de practicidad envuelve su estilo de comunicarse. Hablan solo de sus propias vidas, de sus éxitos, hallazgos y batallas ganadas. Aprovechan el mínimo para dejar constancia de sus pertenencias, hobbies y pasatiempos, y están realmente empeñados y obsesionados por la clase social alta altísima y de real alcurnia.
-Se tornan presuntuosos y con gran exageración y una cierta hiper actuación, tienden a creer que tienen la patente de utilizar un trato dudoso hacia los demás, con atisbos de maltrato. Puede incluso que se sientan con el derecho de juzgar, de criticar y de hacer afirmaciones severas sobre los demás. No nos olvidemos que somos inferiores a ellos y, por ello, pueden despreciarnos en cuanto te descuides.
-Imponen sus creencias y opiniones de manera contundente y, en ocasiones, son violentos en sus reacciones. No escuchan, pero sí se escuchan. Su manera y forma de pensar son las únicas válidas, y el mejor argumento es su propio y único criterio.
-En ocasiones, utilizan el cinismo y la burla como manera de desacreditar al otro, usando mil y una maneras de sarcasmo para dejarte a la altura del betún. Cuidado con llevarles la contraria; se lo tomarán como un insulto y utilizarán el ídem para machacarte.
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