Así debe tratarse
¿Cuál es el protocolo que se debe seguir una vez se confirma el diagnóstico? “Aunque el abordaje farmacológico -antidepresivos y neurolépticos atípicos- puede suponer un alivio de los síntomas, el tratamiento de elección será la psicoterapia. El principal reto psicoterapéutico con estos pacientes será crear una alianza de trabajo, existiendo siempre el riesgo de que el terapeuta sea también percibido como una persona no confiable”, nos explica el especialista.
¿Cómo es el día a día de un paciente con este problema?Tal y como nos contaba el especialista, las personas con este trastorno son proclives a anticipar o interpretar que los demás les quieren engañar, humillar o perjudicar. Piensan que cualquier persona de su entorno puede ser un enemigo en potencia y, por lo tanto, deben estar 'en guardia'. “Por ello, pueden mostrarse reticentes a confiar en los demás. Dudarán de la fidelidad o lealtad de amigos, parejas o socios. Pueden interpretar cualquier comentario banal como ataques a su persona o a su reputación; en clave de insultos, ironías, injurias o desprecios; y posteriormente albergar rencores durante mucho tiempo o bien estar predispuestos a reaccionar con ira o a contraatacar de forma desproporcionada”, nos comenta.
Y añade que son personas que pueden estar también muy preocupadas porque se respeten sus derechos y prerrogativas. Suelen mostrarse fríos, racionales y resistentes a los argumentos de los demás. Y buscan activamente y con ahínco la confirmación de sus sospechas, lo cual al final acabará probablemente por “darles la razón”, ya que al mostrarse irritables, hostiles o desconfiados con la gente, tarde o temprano, provocarán en los demás su enemistad o distanciamiento.
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