Vasco de cuna, Jon Kortajarena encontró en Lanzarote su lugar de desconexión. Rehabilitó hace unos años una casa de los 70 frente al mar en el pueblecito pesquero de Famara, al norte de la isla, la convirtió en su refugio y ahora está disponible para alquilar. “Bilbao significa volver a mi familia, a mis raíces, a lo que he ido adquiriendo en mi infancia. Cuando vuelvo a Lanzarote busco mi paraíso, mi sitio para desconectar y disfrutar del silencio, para escucharme desde otro sitio”, decía en una entrevista.
El compromiso de Jon Kortajera con el medio ambiente se refleja en Casa Sua (casasualanzarote.com), cuyo nombre significa fuego en euskera, no podía ser otro en esta isla volcánica. Situada sobre una zona rocosa y con la playa de Famara a los pies, la arquitectura de la villa es simple e imperfecta a propósito y está basada en un principio: el contacto con la naturaleza y el respeto por la grandiosidad del paisaje.
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