10. EL DOMINGO, EL OBELISCO DE LA PLAZA DE SAN PEDRO
Los habitantes de esta ciudad que conserva el 70% de su muralla y 13 obeliscos egipcios, símbolos paganos que recuerdan los trofeos de guerra de los emperadores y servían como referencia visual para los peregrinos que llegaban a Roma, tienen una cita los domingos en Ciudad del Vaticano. Junto a curiosos e italianos venidos de todo el país, muchos romanos se acercan hasta la plaza de San Pedro para responder efusivos al ¡Buongiorno! del Papa Francisco (a las 12 de la mañana, siempre que esté en Roma) y atender a la bendición dominical, de apenas 15 minutos.
Tras ella, cada uno elige su camino para disfrutar del resto del día. Los numerosos puestos del Mercado de Testaccio, situado en un monte que descansa sobre 26 millones de ánforas, concentra bocados excelentes y muy, muy, muy baratos. El Trastévere, entre hiedras caprichosas, grafittis y buganvillas con sabor medieval, esconde uno de los mejores Cacio e Pepe de la ciudad, sobre una flor crujiente de parmesano recién hecha, el que sirven en el restaurante Roma Sparita (piazza di Santa Cecilia, 24). Eso si quieres un domingo inolvidable a lo romano… de esos relajados donde el dolce far niente sabe, literalmente, a gloria.
No te lo pierdas: La Capilla Sixtina, como nunca antes la habías visto