Además de retroceder en el tiempo en la Mezquita o respirar el embriagador perfume de sus patios, 48 horas en la capital cordobesa dan para descubrir sus imprescindibles y vivir su esencia. Al despedirnos, caeremos rendidos ante esta ciudad a orillas del Guadalquivir.
CONOCER LA MEZQUITA
Lo primero en Córdoba es conocer el alma de esta ciudad, que no es otra que esta obra de arte Patrimonio de la Humanidad que nació como templo de culto islámico –mandado construir por Abd al-Rahman I– y luego pasó a ser catedral cristiana. Por la puerta del Perdón se entra en su famoso patio de los Naranjos y tras cruzar la puerta de las Palmas a su interior. El mihrab y la maqsura son los espacios más deslumbrantes del monumento omeya. Incrustada en el corazón del edificio, la parte cristiana, con la capilla mayor gótica y la capilla Real, con decoración mudéjar. (mezquita-catedraldecordoba.es)
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