¿Sabías que Extremadura es la comunidad con más kilómetros de costa interior de España? Pantanos, ríos, gargantas y piscinas naturales refrescan los calurosos días de verano. Entre ellas, La Cantera del Cabezo destaca por ser uno de los espacios más sorprendentes para pegarse un chapuzón en plena naturaleza. Un lugar que se ha popularizado desde que el grupo musical Vetusta Morla lo eligiera como escenario para rodar su videoclip La virgen de la humanidad.
De esta vieja cantera de granito se extrajeron las piedras utilizadas para construir el cercano embalse de Alcántara en los años 70. Una presa de 130 metros de altura que guarda más de 7.600 hectáreas de agua en su interior. La cantera quedó relegada a un segundo plano hasta que, con el tiempo, el agua empezó a brotar de ella. Primero fue un charco que más tarde acabó en laguna. Al cobijo del promontorio pétreo del Cabezo, los bañistas de la zona empezaron a apaciguar el bochorno estival llamados por estas paradisiacas aguas azules, y, durante muchos años, ha sido uno de los secretos mejor guardados de la región.
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Nos encontramos en Alcántara, unos kilómetros antes de que la provincia cacereña olfatee Portugal con su larga nariz. Junto al embalse de José María de Oriol, resultado de la extracción de las piedras de la cantera, el río Tajo guía hacia el país vecino marcando los límites del Parque Natural del Tajo Internacional, un área transfronteriza declarada Reserva de la Biosfera. Sobre él, un puente romano del siglo II narra años de historia.
Para llegar hasta aquí debemos conducir por la carretera EX-207 atravesando el puente de Alcántara en dirección a Portugal para, a continuación, girar hacia la derecha. A un kilómetro encontraremos un desvío que nos conducirá hasta La Cantera, pero antes pasaremos por el Mirador de la Presa, desde el que se observan unas fantásticas vistas del puente romano a un lado y el embalse al otro.
La Cantera no figura entre las piscinas naturales o playas fluviales reconocidas por la Junta de Extremadura, debido a que es un área natural, sin embargo resultará excitante pegarse el baño inesperado del verano en sus aguas cristalinas y envuelto por un entorno único vigilado por rapaces. Estas anidan en los abruptos riscos de la playa de agua dulce, convirtiéndola un paraje único en el que en lugar de ver gaviotas, contemplaremos águilas imperiales, cigüeñas negras, alimoches o buitres negros.
Un pequeño arenal se extiende ante la pared escalonada que contiene las aguas manantiales de la improvisada piscina olímpica, con unos seis kilómetros de longitud. De no ser por ese muro de granito, resultaría fácil pensar que estamos ante una cala mediterránea de templadas aguas mansas.
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Aunque el lago no cuenta con socorrista, sí que dispone de un merendero para sacar el bocadillo y poder alargar los días del verano. Eso sí, hay que tener en cuenta que la zona de playa apenas tiene sombra por las mañanas, por lo que hay que ir preparado.
Además de ser apta para dar paseos en kayak o en pequeñas embarcaciones, en La Cantera se puede practicar submarinismo gracias a la claridad de su fondo y a su profundidad, que alcanza los 100 metros de desnivel al otro extremo de la arena, por lo que es habitual ver cómo se imparten cursos o se realizan bautismos de buceo en ella.
Para admirar la belleza de esta piscina casual desde las alturas, podremos seguir el camino que la bordea desde arriba dejando a su paso vertiginosos miradores.
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UN PLAN REDONDO EN ALCÁNTARA
Después de refrescarnos en La Cantera y de haber cruzado el puente levantado sobre el Tajo en el periodo del emperador Trajano, aún quedan planes muy atractivos para exprimir Alcántara. Junto al puente, el templo romano es uno de los pocos de España que se conserva prácticamente íntegro. Desde este punto parten senderos por los que recorrer parte del Parque Natural del Tajo Internacional.
La zona también cuenta con gran riqueza arqueológica, menhires y dólmenes, como el Menhir del Cabezo, que, con 4,65 metros, se alza imponente sobre La Cantera.
Una vez en el municipio de Alcántara, resulta interesante visitar las iglesias de Santa María de Almocóvar y San Pedro de Alcántara, y dar un paseo por el barrio judío, en el que aún quedan restos de la antigua muralla. Por supuesto no hay que perderse el Conventual de San Benito, un majestuoso convento del siglo XVI donde durante la primera semana de agosto tienen lugar parte de las representaciones del Festival de Teatro Clásico de Alcántara (festivaldealcantara.com/programacion-2). En el evento, que este año se celebrará del 4 al 7 de agosto, actúan afamadas compañías como la divertida Yllana.
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Después de disfrutar del teatro con el telón de fondo de la fachada porticada del convento, elegimos descansar en otro convento, la Hospedería Conventual de Alcántara (hospederiasdeextremadura.es/es/hotel/hospederia-conventual-de-alcantara). De convento franciscano en el siglo XV a encantador establecimiento hotelero de 36 habitaciones pasando por fábrica de harina. La hospedería dispone de un recomendable restaurante y de una placentera piscina en la que relajarse en el extraño caso de que La Cantera haya sabido a poco.
