ESCANDINAVIA

Noruega tiene su propio Camino de Santiago en tierras nórdicas

Entre Oslo y Trondheim discurre un camino de peregrinación de casi 700 kilómetros en honor a San Olav, patrón del país. Puede parecer un cuento nórdico, pero recorrerlo no solo es disfrutar de los idílicos paisajes montañosos y las viejas iglesias vikingas del interior del país, también es un viaje interior al estilo de nuestro camino xacobeo.

Por Javier Carrión

Seiscientos cuarenta y tres kilómetros exactamente separan la capital noruega de Trondheim, la morada de San Olav, el rey vikingo que llevó el cristianismo a tierras escandinavas, fue canonizado tras morir en la batalla de Stiklestad y hoy se le venera como patrón del país. Esta es la vía principal del camino de peregrinación más importante del norte de Europa y no resulta difícil orientarse en él, aunque no se entienda una palabra de noruego.

ANTES DE EMPEZAR

Todos los tramos están perfectamente señalizados, tanto en los senderos como en los bosques o pueblos que atraviesa, donde siempre está presente la cruz roja de San Olav, entrelazada con un símbolo que representa el infinito y la eternidad. Recorrerlo a pie en su totalidad puede llevar unas cuatro semanas si se anda entre 20 y 25 kilómetros diarios, pero la opción más cómoda y corta es alquilar un coche e ir haciendo parada en sus hitos fundamentales.

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LA CREDENCIAL DEL PEREGRINO

Como en el Camino de Santiago, los peregrinos sellan el pasaporte en cada una de las paradas de la ruta. Si se caminan más de 100 kilómetros, se tiene derecho, además, a recibir la Carta de San Olav, un diploma que acredita oficialmente la peregrinación.

OSLO, INICIO DEL CAMINO

Con Oslo como punto de partida y tomando dirección norte, la primera parada debe ser la villa de Hamar, a orillas del lago Mjøsa, el más grande de Noruega. Aquí la visita obligada es su templo del siglo XII conocido como «la catedral de cristal», donde los antiguos peregrinos se detenían y cuyas ruinas se conservan bajo una moderna estructura de vidrio y metal. Hoy, además de espacio museístico, acoge conciertos de música gracias a su magnífica acústica y el festival medieval más grande del país.

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UN ALBERGUE CON HISTORIA

Siguiendo el Mjøsa y tras pasar por Lillehammer, sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en 1994, se llega al valle de Gudbrandsdalen. En estas tierras se encuentra la granja Dale-Gudbrands, que, además de albergue de peregrinos, es un lugar con una rica historia. Su episodio más conocido es el que relata que el mismo rey Olav llegó a este lugar en 1021 para cristianizar una zona en la que sus habitantes solo creían en dioses nórdicos, como Thor y Odin.

IGLESIAS MEDIEVALES DE MADERA

A una decena de kilómetros, la que acapara la atención es labella iglesia de Ringebu, uno de los 28 templos medievales de madera de Noruega, y una de las más grandes. En su interior podemos admirar una venerada imagen de San Lorenzo, original del siglo XIII.

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EL CAMINO DE LOS REYES

Un punto clave en la ruta surge al divisar las montañas de Dovre, salpicadas de ovejas, y adentrarnos en el paisaje poblado de Hjerkinn y el Parque Nacional de Dovrefjell-Sunndalsfjella, donde podemos ver esos enormes y pacíficos mamíferos vegetarianos que son los bueyes almizcleros. Es este el antiguo camino utilizado por todos los monarcas de la historia de Noruega para asistir a las coronaciones reales en Trondheim.

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Un poco antes de llegar, en medio de la tundra, hay que hacer una parada en la iglesia medieval de Eysten, diferente por su construcción en piedra, y abierta siempre a recibir peregrinos del pueblo o de «sangre azul».

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NIDAROS, EL FINAL DEL VIAJE

La meta final del itinerario es la catedral de Nidaros, obra maestra del gótico nórdico. Aquí, ante el altar mayor, los peregrinos cumplen con la tradición de dar tres vueltas al octógono que ocupa el sitio original de la antigua capilla, donde se depositaron los restos de San Olav, a la vez que se rezan oraciones tocando las columnas de esta zona sagrada.

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TRONDHEIM Y SU GRAN PALACIO DE MADERA

No hay que dejar Trondheim sin dar un paseo por esta animada ciudad universitaria y visitar la residencia real de Stiftsgarden, el palacio de madera más grande de Escandinavia, y el barrio de Bakklandet, con sus casas de madera pintadas de colores, sus cafés, galerías de arte, anticuarios y tiendas de diseñadores.

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Aunque el camino termina ante la impresionante fachada del templo catedralicio, decorada con estatuas de personajes, bíblicos, obispos y reyes noruegos, algunos peregrinos se animan a cubrir otros 90 kilómetros, en dirección a Stiklestad, donde el rey Olav perdió la vida durante una batalla. En el Centro Cultural Nacional de esta localidad se despliegan hoy tres iglesias con su nombre.

DATOS PRÁCTICOS

Es posible encontrar vuelos a Oslo desde España a partid de 35€ con diferentes compañías. No existen mayoristas que ofrezcan en sus itinerarios por Noruega el Camino de San Olav, por lo que es conveniente visitar la web oficial de la ruta (pilegrimsleden.no) para organizar los trayectos que se quieren acometer y concretar los albergues donde pernoctar. En todos ellos sellan el pasaporte oficial.

Para completar todo el camino a pie entre Oslo-Trondheim conviene ir bien equipado con botas de montaña y ropa adecuada para hacer el recorrido. En el caso de elegir el coche, lo mejor es alquilar uno en la capital y seguir la E-6.

ALBERGUES EN EL CAMINO

Si durante todo el camino la naturaleza resulta un aliciente, también la ventaja de poder descansar en los albergues que la organización ha desplegado por el camino. Son limpios, asequibles (teniendo en cuenta que dormir en Noruega no resulta precisamente barato) y sus responsables atienden con cariño y buena conversación a los visitantes.

Entre los recomendados, además de la citada granja Dale-Gudbrands Gard (dale-gudbrandsgard.no), en Sør-Fron, un complejo de varios edificios, con el albergue y un pequeño hotel de 12 habitaciones, también es una opción Pilegrimssenter Hamar (pilegrimsleden.no), en Hamar, junto a las ruinas de la catedral medieval. El albergue de montaña Hjerkinn Fjellstue (hjerkinn.no), en Hjerkinn, organiza salidas a caballo. A dos minutos de la catedral de Trondheim está Nidaros Pilegrimsgård (nidarospilegrimsgard.no), con café y biblioteca. Y en Stiklestad, Pilegrimssenter Stiklestad (pilegrimsleden.no), que además de hotel y albergue de peregrinos organiza almuerzos y cenas vikingas.

PARA REPONER FUERZAS

En Sør-Fron, en la granja Dale-Gudbrands Gard (dale-gudbrandsgard.no) se degustan platos tradicionales con materias primas locales, cerveza de la región y vino del peregrino, elaborado en la propia casa con uvas italianas seleccionadas a mano. En Hjerkinn, en el restaurante Frich’s (frich.no/no/overnatting/hjerkinnhus) del complejo Hjerkinnhus puedes probar excelente salmón, ensaladas, guisos de carne y salchichas de carne de buey almizclero. El restaurante Havfruen (havfruen.no) de Trondheim está especializado en pescados y mariscos desde 1987 y cuenta con un menú del peregrino.

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