CÁCERES

El valle de Ambroz o el otoño más bello de España

El puerto de Honduras es el punto de partida de una ruta por este valle adornado de bosques, picos de más de 2000 metros, dehesas, abundantes ríos, kilómetros y kilómetros de senderos y pueblos con tanto encanto e historia como Hervás o Baños de Montemayor. Una escapada muy apetecible para octubre y noviembre cuando luce sus mejores galas.

Por Rocío Jiménez

Al valle del Ambroz, en el norte de la provincia de Cáceres y a 50 kilómetros de Plasencia, podemos acceder por varias vías, pero el puerto de Honduras, que parte del vecino Jerte, es un buen inicio para descubrir la naturaleza de estas tierras extremeñas, que, en otoño, cuando los castaños se tiñen de tonos ocres y amarillos y aparecen las primeras setas, es una escapada de 10. En esta estación se celebra, además, el Otoño Mágico, una fiesta de la naturaleza declarada de interés turístico nacional (visitambroz.es).

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La estrecha y sinuosa carretera serpentea montaña arriba entre castaños, robles y piornales hasta llegar a su punto más alto. A 1440 metros de altura, la panorámica sobre ambos valles es excepcional. A lo lejos asoman la Vera y el macizo de Gredos. Un poco más arriba del refugio, en una finca ganadera cercada pero accesible, está el monumento a los montañeros, una campana que todo aquel que alcanza el puerto debe hace sonar.

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HERVÁS Y LA CHORRERA

Descendiendo la carretera llegamos al pueblo de Hervás, que tiene uno de los barrios judíos mejor conservados de España. El paseo por las empinadas calles va descubriendo un bonito conjunto histórico de arquitectura tradicional, con casas de piedra, madera de castaño y adobe y floridas fachadas, y también rincones singulares, como la Travesía del Moral, la calle más estrecha de España, con apenas medio metro de anchura. También hay que ver el puente medieval de la Fuente Chiquita, sobre las aguas del río Ambroz y su Museo de la Moto y Coche Clásica (museomotoclasica.com).

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Desde Hervás parte una de las excursiones más conocidas y bellas del valle, la que, después de 6 kilómetros, lleva a La Chorrera, un salto de agua de casi 30 metros de altura que salva el desnivel de la montaña.

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BAÑOS DE MONTEMAYOR

Y de la esencia judía a la herencia romana de Baños de Montemayor, porque a 7 kilómetros de Hervás, en el límite entre Extremadura y Castilla y León, se encuentra esta parada de la Vía de la Plata. Un centro de interpretación en el número 42 de la calle Castañar permite conocer su historia. A sus termas del siglo II a.C. acudían a aliviar sus males los romanos, porque sus aguas tienen propiedades mineromedicinales. En la ruta que se extendía desde Emérita Augusta hasta Astúrica, Baños de Montemayor era un mansio (parador) donde reponer fuerzas. De aquella calzada se conservan hoy en día en buen estado dos tramos situados en las salidas del pueblo.

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ABADÍA

Rodeado de dehesas está el pueblo de Abadía, donde hay que parar a admirar el palacio de Sotofermoso, con patio mudéjar y jardines renacentistas, que sirvió de lugar de descanso a importantes escritores del Siglo de Oro, como Lope de Vega. Además de disfrutar de espectaculares vistas a la montaña, si se puede, podemos mojarnos los pies en las frías aguas de su piscina natural, la más grande de la comarca.

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SEGURA DEL TORO Y LOS CASTAÑOS DEL TEMBLAR

A escasos 9 kilómetros está la siguiente parada: Segura del Toro, la localidad más antigua del valle. Este pequeño y encantador pueblo (apenas tiene 200 habitantes) está enclavado sobre un risco del macizo de Tras la Sierra, lo que hace de él un mirador excepcional al valle. En esta localidad no hay que perderse el verraco vetón del siglo V a.C. que preside la plaza del Ayuntamiento, pero sobre todo la amena excursión que lleva a los castaños del Temblar. Se trata de una ruta de 4 kilómetros (ida y vuelta) por un camino bastante accesible en el que lo mismo podemos cruzarnos con vacas descansando a la sombra que admirar en el cielo el vuelo de gavilanes y águilas calzadas.

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Siguiendo el curso del Arroyo del Temblar llegaremos a una finca cercada que guarda cinco robustos castaños catalogados como árboles singulares por su antigüedad. Hondanero es el más valioso y mejor conservado de Extremadura; Del Arroyo, el más viejo, con 800 años de vida; mientras que Retorcío, Bronco y Menuero rondan los 25 metros de altura y el perímetro de sus troncos alcanza los ocho metros de diámetro. La finca permanece cerrada desde octubre hasta enero, fechas de la recolección de las castañas, pero se pueden ver bordeándola. Más monumentales no pueden ser.

UN DESCANSO EN LA RUTA

En Hervás está la Hospedería Valle del Ambroz (hospederiasdeextremadura.es), que ocupa el que fuera antiguo convento de trinitarios del siglo XVII. También Alborada (apartamentosalboradahervas.com), que cuenta con coquetos apartamentos dúplex, ideales para familias, y otros con jardín y vistas a la montaña. En Baños de Montemayor, encontramos El Solitario (elsolitario.com), un complejo rural que acoge un conjunto de chozos tradicionales con todo tipo de detalles en su interior, jacuzzi incluido.

A LA MESA

En el barrio judío de Hervás abre sus puertas Sésamo (sesamocasadecomidas.com), casa de comidas cambia su carta cada temporada para aprovechar los productos más frescos en cada estación. En la misma localidad, también es buena elección El Almirez (restauranteelalmirez.com), donde probar las migas extremeñas y el cabrito guisado al estilo tradicional. Productos extremeños en El Puente, en Baños de Montemayor, con estupendas vistas al pueblo y a una piscina natural.