TURISMO SOSTENIBLE

Ecoturismo en el rincón más virgen de República Dominicana

Dar caminatas por la jungla, descubrir playas solitarias, navegar por el lago más grande del país o perderte en cuevas subterráneas. Todas estas aventuras se disfrutan en Pedernales, la región más remota y desconocida de la isla caribeña, bajo el marco de una naturaleza prodigiosa.

Por Noelia Ferreiro

Hay un rincón en República Dominicana que vive de espaldas al turismo masivo. Un lugar de milagrosa virginidad con bosques, cuevas, lagos y playas de aguas cristalinas, al abrigo de acantilados kársticos que permanecen intactos desde la época precolombina. Pedernales nada tiene que ver con la imagen arquetípica de los complejos hoteleros de esta isla alegre y sabrosona. Su rostro más remoto y solitario está en el extremo suroeste, a 300 kilómetros de Santo Domingo y en la misma frontera con Haití.

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PURA NATURALEZA

Pedernales es la provincia más desconocida del país y, sin embargo, la que alberga las zonas protegidas más importantes. Aquí la naturaleza se muestra en forma de exótica flora silvestre, aves y reptiles endémicos y una abundante vida marina. Y las actividades, ideadas para quienes no solo gustan de tumbarse al sol, apuestan por el disfrute amable, pero con el menor impacto al medioambiente.

CAMINATAS Y PASEOS EN BARCO

Campos áridos, costas rocosas, termas, arrecifes de coral… la combinación de ecosistemas en este lugar del profundo sur, como lo llaman los lugareños, invita a largas caminatas.

Pero aquí también se puede coger un barco para acercarse a la costa y descubrir playas salvajes con peces que nadan en la orilla al acecho de los pelícanos, como bahía de las Águilas, dentro del Parque Nacional Jaragua, de las más hermosas de República Dominicana. Un arenal de color marfil de unos 8 kilómetros de longitud, que no solo contrasta con las aguas color esmeralda, también con la exuberante vegetación de la sierra de Bahoruco, todo un paraíso para los senderistas.

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Otra playa, Cabo Rojo, es famosa por albergar uno de los arrecifes coralinos mejor preservados del Caribe, así como por ser el hogar del manatí antillano y la tortuga carey.

UN MUNDO POR EXPLORAR

Explorar la provincia de Pedernales supone encontrar a cada paso cavernas en las que admirar el valioso arte rupestre de los taínos y refrescarnos en pozos de agua dulce, como los de Trou Nicolá, alimentado por tres ríos subterráneos. Pero también implica toparse con maravillas tan insólitas como el Hoyo de Pelempito, al que se conoce como el «Gran Cañón» dominicano, con paredes de más de 600 metros de altura. Merece la pena llegar a la cima para apreciar el cambio del paisaje del camino y abordar alguno de los senderos de montaña que parten del observatorio y centro de interpretación.

LAGOS E ISLAS

Pedernales no se parece en nada a ningún otro rincón del país. Será por eso que, aún hoy, es objeto de estudio para los biólogos, atraídos por sus tesoros naturales. En este entorno el agua es el protagonista, como demuestra el lago Enriquillo, el más grande del Caribe, a más de 43 metros por debajo del nivel del mar y todo un santuario de vida silvestre.

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Quienes se atrevan a acercarse en barco a la isla Cabritos, ubicada en el centro, contemplarán a los cocodrilos americanos repanchingados al sol. Mientras especies más mansas (flamencos, garzas reales, azules y blancas, espátulas rosadas…) se ven en la laguna de Oviedo, que tiene un nivel de agua salada tres veces más alto que el del mar. Aquí conviene no perderse el atardecer de postal, con el sol tiñendo de rojo el laberinto de los manglares e iluminando los 24 cayos que flotan sobre sus aguas.

BUCEO EN SUS FONDOS MARINOS

Por la limpieza de sus aguas, sus formaciones rocosas únicas, sus arrecifes de coral y su apabullante vida marina –con la peculiar especie de tiburones gato y el mayor número de tortugas carey de todo el Caribe–, Pedernales se encuentra entre los principales destinos de buceo de República Dominicana.

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ECO-LODGES CON VISTAS AL MAR

A un paso del Parque Nacional Jaragua y su impresionante bahía de las Águilas, el exclusivo lodge Eco del Mar (ecodelmar.com.do) ofrece bonitas suites ecológicas desperdigadas por la playa de las Cuevas. Un poco más alejado, en Bahoruco está Casa Bonita Tropical Lodge (casabonitadr.com), un exquisito alojamiento de lujo desenfadado rodeado de una exuberante vegetación tropical y con sus habitaciones y villas con vistas al mar y algunas con piscina privada. Cerca de este, Casa del Mar Lodge Barahona (casadelmarlodge.com), otro eco-lodge caribeño en una isla privada a orillas del mar.

UN ARROZ CON HABICHUELAS

La cocina dominicana es una de las más ricas del Caribe, resultado de la confluencia de las culturas taína, africana e hispana. Y aunque tiene muchas variantes, está marcada por lo que llaman la bandera (arroz, habichuelas y carne). En Pedernales abundan los productos del mar y, especialmente, las famosas langostas espinosas. Para degustar comida tradicional, una buena idea es acercarse al restaurante De Bahía Doña Charo (carretera a Cueva Pescadores, Cabo Rojo), donde sirven exquisitos platos criollos. También el pescado y el marisco resultan muy ricos en esta zona, dada la cercanía al mar. Dos buenos restaurantes en Pedernales para comprobarlo son Jalicar (Pedernales), con productos muy frescos y King Crab, con un fantástico ambiente.

MUY PRÁCTICO

Desde España a Santo Domingo, la capital dominicana, hay vuelos directos, un trayecto de unas nueve horas. Desde la capital dominicana a Pedernales hay 300 kilómetros de distancia, que se pueden hacer por carretera, bien alquilando un coche en el aeropuerto o en autobús con la compañía Caribe Tours (caribetours.com.do). Para moverse por los principales pueblos hay guaguas (autobuses locales), aunque otra alternativa muy divertida son los conchos o motoconchos, coches y motos que funcionan como taxis y cuyo precio puede regatearse.