Un buen lechazo y otros placeres en una ruta por cuatro pueblos segovianos

Un bonito conjunto de templos románicos, plazas castellanas, cañones rebosantes de vegetación y figones donde degustar buenos asados amenizan este recorrido que no puede ser ni más entretenido ni más gustoso.

Por hola.com

SEPÚLVEDA

La ruta arranca en la autovía A-1, que une Madrid con Burgos, donde un desvío nos lleva hasta la primera parada: Sepúlveda. Aquí se viene a degustar un buen lechazo asado a la leña, a admirar su valiosa colección de templos románicos y a descubrir las afamadas hoces del Duratón. Lo primero es lo primero, el paseo por sus calles, que debemos empezar en la oficina de turismo –instalada en la antigua cárcel– y continuar por su pintoresca plaza mayor, para desde esta ir descubriendo uno a uno sus tesoros románicos: la iglesia de El Salvador, la más antigua de Segovia; el santuario de Nuestra Señora de la Peña, famoso por el tímpano de su portada, toda una rareza; San Bartolomé, construida fuera de las murallas; la de Santiago, convertida en Casa del Parque Natural, y la de los santos Justo y Pastor, ahora Museo de los Fueros. El resto será pasear tranquilamente descubriendo otros rincones como la Casa del Moro, la puerta del Ecce Homo …

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En el mismo centro de interpretación del parque natural, donde se explica la formación de las hoces del Duratón y se orienta sobre los itinerarios a realizar por este entorno, arranca el recorrido circular, de unos 5,5 kilómetros, que discurre por los primeros contoneos de las hoces, el vertiginoso tramo donde el río Duratón se retuerce mientras taja uno de los más hermosos pasillos naturales de la península. Después de caminar, nada como rematar la visita ante un crujiente cordero asado a la leña, aliñado solo con agua y sal y acompañado de su refrescante ensalada de tomate y lechuga en cualquiera de los restaurantes de la localidad.

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TURÉGANO

A media hora de camino está Turégano, con su castillo rosa, antigua fortaleza de los obispos de Segovia, vigilando el caserío desde una loma y lo más curioso, una iglesia en su interior. Es la de San Miguel, románica, en la que sobresale su espadaña barroca. De centro de la villa hace la porticada plaza Mayor, también conocida (por sus muchas columnas) como la de los cien postes, donde se concentran media docena de asadores. Y para descubrir además en el pueblo que vio nacer al artista Esteban Vicente, la iglesia de Santiago y la fuente situada en este mismo entorno. Antes de seguir camino, buena idea será hacernos con algún dulce típico: bollos de manteca, periquillos, tortas de chicharrones, rosquillas fritas…

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SOTOSALBOS

Conduciendo 15 kilómetros, muy cerca de Segovia, llegamos a este pueblo donde toda la atención la acapara la iglesia de San Miguel, una de las mejores muestras de arte románico del siglo XI, que podemos admirar en la plaza mayor. Su pórtico de entrada, su torre campanario, la cabecera con arco triunfal de herradura y, en su interior, sus pinturas sobre tabla, la pila bautismal gallonado o la escultura de Nuestra Señora de la Sierra son algunas de sus joyas.

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PEDRAZA

Para el final de la ruta dejamos Pedraza, ejemplo perfecto de villa señorial castellana y a rebosar de encanto. Para empezar, asombra que situada sobre un peñasco esté amurallada prácticamente en su totalidad y que su único acceso sea la puerta de la Villa. Junto a ella se sitúa la antigua cárcel del siglo XVI), abierta hoy de par en par para las visitas.

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De su laberinto de calles sobresalen las calles Real y Mayor, flanqueadas de enormes caserones con elegantes balcones y solanas de madera, que van a parar a la porticada plaza Mayor, la mejor muestra de arquitectónica tradicional. Otro de sus atractivos es el castillo, que hoy acoge el museo del pintor Ignacio Zuloaga, el mismo lugar que sirvió de estudio al pintor. Y otro más su gastronomía, porque aquí, como en todos los pueblos de la ruta, son maestros en el asado de corderos. Para acabar esta ruta con sabor, nada mejor que asomarnos al mirador de la Ontanilla, donde disfrutar de la mejor vista del entorno de Pedraza, con la sierra de Guadarrama al fondo.

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PARA DEGUSTAR UN BUEN ASADO

En Sepúlveda, de cocina tradicional y con los asados como especialidad, en Cristóbal (restaurantecristobal.es), en Fogón del Azogue (vadodelduraton.com), el restaurante del hotel rural Vado del Duratón, y en el Asador El Panadero (asadorelpanadero.es).

En Turégano, en El Zaguán (el-zaguan.com/restaurante) de Sotosalbos, en Alejandro Manrique (manriquesotosalbos.es) y en Pedraza, en La Olma (laolma.com).

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Y SI QUIERES HACER NOCHE

En Sepúlveda, en la Posada de San Millán (posadasanmillan.es), de estilo rústico y con sus habitaciones situadas alrededor de un patio; o en la Hospedería de los Templarios (hotelruralsepulveda.es), un conjunto armónico entre lo antiguo y lo moderno con obras de arte y antigüedades que le dan a cada estancia un toque único y original.

En Pedraza, en la Hospedería de Santo Domingo (hospederiadesantodomingo.com), que ocupa una casa noble con tres siglos de antigüedad en el barrio judío, y el El Hotel de la Villa (elhoteldelavilla.com), un caserón rústico rehabilitado con techos con artesonados y habitaciones abuhardilladas con vistas a la sierra.

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