Luxemburgo, el balcón más hermoso de Europa

Solo dos horas y quince minutos en avión separan Madrid de Luxemburgo, uno de los países más pequeños y prósperos de Europa. Allí que nos vamos para descubrir la capital del mismo nombre. Sus barrios medievales, miradores, cafés y una de las fortalezas más impresionantes del Viejo continente invitan a descubrirla con sosiego.

Por Javier Carrión

Luxemburgo es un pequeño país europeo en Europa, el único Gran Ducado soberano existente en la actualidad, que limita con Bélgica, Francia y Alemania. Sus 600.000 habitantes presumen de su nivel económico, pues viven en la tercera nación más rica del mundo y quizás por este motivo el 70 por ciento de la población ha nacido fuera de sus fronteras, entre ellos 7000 españoles. Luxemburgo, su capital en la confluencia de los ríos Alzette y Pétrusse, lo es también de Europa acompañando a Bruselas y Estrasburgo con varias instituciones y agencias de la UE, toda una ciudad cosmopolita y cultural que merece la pena visitar con el mayor número de estrellas Michelin por habitante a nivel mundial y con una rica historia en la que figuran 200 años de pertenencia a la Corona Española.

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UNA FORTALEZA INEXPUGNABLE

Los restos de la fortaleza de la capital del Gran Ducado se extienden más allá de la ciudad. Y es que la que fue una de las fortificaciones más infranqueables de Europa entre los siglos XVI y XIX, protegida por tres anillos defensivos y 24 fuertes, llegó a ser conocida como el «Gibraltar del Norte». Entre valles y lomas, las potencias que ocuparon este lugar a lo largo de la historia –entre ellas la Corona española–, la fueron conformando, siempre con los mejores ingenieros militares, como Vauban. Hoy está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

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EL LABERINTO DE LAS CASAMATAS

Los restos de la fortificación estaban conectados por túneles subterráneos y escaleras de caracol interminables a través de los valles que rodean a la colina donde surgió el primer castillo levantado por el Conde Siegfried en el año 963. Hoy pueden ser visitados 17 kilómetros de los 23 excavados en la piedra. Todo un laberíntico entramado iniciado en 1644, durante el reinado de España, que unía los tres cinturones fortificados. Por la parte exterior, es muy recomendable pasear por el Chemin de la Corniche, considerado el balcón más bello de Europa, que ofrece vistas panorámicas de los lugares históricos y los modernos edificios, monumentos e instituciones europeas en el distrito de Kirchberg.

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LA CATEDRAL Y EL PALACIO DUCAL

En la ciudad vieja, en la zona más elevada de Luxemburgo, se erige la catedral, sobre la antigua iglesia colegial de los jesuitas. Su estancia más famosa es la cripta, donde han sido enterrados los miembros de la familia real. Muy cerca, se halla el Palacio Ducal, construido originalmente para ser al ayuntamiento, pero transformado después en la residencia y lugar de trabajo de los duques. Por detrás del edificio destaca la estatua de la Gran Duquesa Carlota, el primer miembro de la familia real que aprendió el luxemburgués. Hoy, toda la población –unos 320.000 habitantes­– habla este idioma, junto con el francés, el alemán y el inglés.

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GRUND, EL BARRIO BAJO

En Luxemburgo hay dos grandes ascensores que conectan la ciudad alta con el valle, pero uno de ellos, el de Pfaffenthal, con 71 metros de altura, resulta espectacular por su gran cristalera, que ofrece unas magníficas vistas panorámicas del barrio europeo y del pintoresco valle del río Alzette, la parte más antigua de la ciudad, muy medieval, con edificios que datan del siglo XII. Este lugar conocido por el nombre de Grund, el barrio bajo, estuvo protegido también por un fuerte que lo rodeaba. En la actualidad, es un lugar muy frecuentado debido a su oferta de bares y restaurantes.

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CIUDAD DE PUENTES

Tres puentes comunican el casco histórico de Luxemburgo con la ciudad vieja y sus alrededores. El Puente de Adolfo, erigido en honor del Gran Duque en 1903, llegó a ser en los comienzos del siglo XX el arco de piedra más grande del mundo. Se le bautizó también como el Puente Nuevo y su doble arco está situado a 153 metros sobre el valle del río Pétrusse. Conecta el Boulevard Real en Ville Haute con la Avenida de la Liberté en Gare y dispone de cuatro carriles y dos aceras para los peatones. El segundo, llamado Viaducto o Pasarela, es conocido por los luxemburgueses como el Puente Viejo y para los que llegan en tren a la ciudad, es la primera imagen que se observa de la ciudad. Por último, el Puente Rojo, identificable por este color, está dedicado a la Gran Duquesa Carlota. Mide 355 metros de largo por 74 de alto y une el centro de la ciudad y el barrio urbano de Kirchberg, donde se encuentran las instituciones de la Unión Europea.

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LA FILARMÓNICA DE LUXEMBURGO Y EL MUDAM

En el barrio moderno, este edificio de original arquitectura y magnífica acústica es un diseño del arquitecto francés Christian Portzamparc, vencedor en el concurso en el que también participaron los reconocidos Mario Botta y Zaha Hadid. La obra sorprende por sus 823 pilares de acero fino de 17 metros de altura, su gran rotonda de paredes curvas que contrasta con las fachadas de línea recta de los edificios que la rodean, y, en el interior, su gran luminosidad. A solo unos pasos, se halla el Museo de Arte Moderno, MUDAM, con la forma de una enorme punta de flecha, en un intento de imitar las fortificaciones que bordean el casco antiguo de la ciudad. Además de un auditorio, su muestra permanente reúne 220 obras de 130 artistas contemporáneos, entre los que destacan los estadounidenses Andy Warhol y Julian Schnabel.

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CÓMO LLEGAR

La compañía aérea Ryanair tiene mantiene vuelos directos de Madrid y Barcelona a Luxemburgo.

CUÁNDO IR

Entre mayo y octubre. La Luxembourg Card es ideal para disfrutar 1, 2 o 3 días (13, 20 y 28 €) con acceso gratuito a trenes y autobuses y más de 60 museos y atracciones turísticas de Luxemburgo. La modeda oficial es el euro. visitluxembourg.com