A Lanzada, la playa salvaje por la que los gallegos sienten devoción

Viajamos a este istmo arenoso que une la península de O Grove con Sanxenxo donde se concentran la naturaleza más espléndida de las Rías Baixas y toda la magia de Galicia

Por ANDRÉS CAMPOS

La devoción que le tienen los pontevedreses a la virgen de La Lanzada solo es superada por la que sienten por la playa del mismo nombre, que se extiende hacia el norte desde las inmediaciones de la ermita, formando un rectilíneo arenal de 2,5 kilómetros de longitud, en el que, salvo un par de aparcamientos, no hay construido nada en absoluto.  Para muchos, es la mejor playa de las Rías Baixas, y entre esos muchos están los surfistas que la frecuentan, porque hay olas para todos los gustos y niveles. ¿Te gustaría hacer surf en A Lanzada? Hay varias escuelas donde iniciarse y alquilar tablas: Prado Surf (pradosurfescola.com) o Mission (missionsurfschool.com) son buenas opciones. También hay actividades de paddle surf, kitesurf, kayak, buceo, snorkel...

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LA NOCHE MÁS MÁGICA DE AGOSTO

La noche del último fin de semana de agosto es mágica en la playa de A Lanzada, porque son docenas de mujeres las que vienen a bañarse en sus aguas junto a la ermita románica de Nosa Señora da Lanzada con la esperanza de que las haga concebir un hijo. El ritual no acaba aquí, porque el baño fecundador debe durar exactamente nueve olas y, para más seguridad, habrá que acostarse luego en la Cuna da Santa, una roca con forma de camita que hay en el acantilado detrás de la capilla.

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Aunque la ermita es muy antigua –románica, del siglo XII–, el rito lo es mucho más. Y así lo confirman los restos arqueológicos de este paraje: los de una factoría donde se procesaba pescado en el siglo II antes de Cristo y los de una necrópolis romana. También puede verse, al lado mismo de la ermita, lo que queda de la torre que levantó en 960 el obispo Sisnando para defender la costa de los ataques vikingos.

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CÓMO LLEGAR

La playa de A Lanzada se halla entre Sanxenxo y O Grove, a 39 kilómetros de la capital pontevedresa por la autopista AP-9 en dirección a Santiago de Compostela y desviándose en la salida 119 por la AG-41. Otra opción (más lenta, pero más bella) es ir por la costa, siguiendo la carretera PO-308, que ofrece magníficas vistas de la ría de Pontevedra y va pasando por bellos pueblos del entorno como Combarro, Sanxenxo, Portonovo…

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EN EL ENTORNO

SENDERO MÁGICO DE LA LANZADA

El Sendeiro Máxico da Lanzada es un camino de 3 kilómetros que recorre el precioso entorno costero del santuario. Se ven los restos de la factoría del siglo II antes de Cristo, de la necrópolis romana y de la torre que se levantó para defender la costa de los ataques vikingos. A lo largo del camino también hay paneles informativos que explican las curiosas tradiciones asociadas a este lugar. Como la de los hombres de mar que acuden a impetrar la protección de la Virgen y a darle gracias después de algún trance peliagudo, dejando maquetas de sus barcos a modo de exvotos. O como la de quienes, para quitarse el mal de ojo, barren la ermita.

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OBSERVATORIOS DE AVES

Además de tablas y neoprenos, en A Lanzada se ven muchos prismáticos. Y es que esta playa y sus dunas forman parte del Complejo Intermareal Umia-O Grove, que es uno de los mejores sitios para ver pájaros en Galicia, sobre todo en invierno, cuando recalan más de 13.000 aves. Junto a la carretera que lleva a O Grove, hay varios observatorios asomados a la ensenada de O Bao, donde se puede atisbar, con suerte, a la píllara das dunas o chorlietjo patinegro, una limícola que es la especie más emblemática de este espacio natural, y la más amenazada.

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CENTRO DE INTERPRETACIÓN

El centro de interpretación del humedal está en el punto más alto de la península de O Grove, en la cima del monte Siradella, a 167 metros sobre el mar. Desde allí arriba se ve el espacio natural mejor que sobre un mapa. Un espacio que, según se explica en el centro, se formó en fecha recientísima, geológicamente hablando. Porque hasta el siglo XVIII O Grove era una isla. Fue la arena arrastrada por los vientos del suroeste, los mismos que impulsan hoy a los kitesurfers en la playa, la que creó el istmo de A Lanzada, el cual une la península a tierra firme y separa las aguas bravas del océano de las mansas y someras de la ensenada.

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POR EL PASEO DE PEDRAS NEGRAS

Después hay que acercarse a San Vicente, en el extremo suroccidental de la península de O Grove, y echarse a andar por el paseo de Pedras Negras, un espectacular camino de tablas que va serpenteando por el abrupto litoral granítico, como una minimuralla china de madera, hasta las playas salvajes de Abelleira y Canelas. Al igual que en la playa de A Lanzada, el gran espectáculo aquí es al atardecer, cuando el sol tiñe el océano de naranja y en el horizonte se recorta la silueta de la isla de Ons.

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LOS HÓRREOS DE COMBARRO

Para redondear la visita nada mejor que acercarse a Combarro, uno de los pueblos más encantadores de las Rías Baixas. Es una pura postal, con sus 60 hórreos –la mayor concentración de Galicia– alineados junto al mar.

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PARA COMER EN LA ZONA

Uno de los mejores lugares de las Rías Baixas para comer pescado y marisco es Beiramar (restaurantebeiramar.com). A 12 km en dirección a Sanxenxo el restaurante A Postiña (restauranteapostina.es) cocina gallega y mariscos con vistas a la playa de Areas. Y en Sanxexo la Taberna Villalustre (tabernavillalustre.es), excelentes pescados en un restaurante rodeado de sus propios viñedos.