Te descubrimos el Anantara Kihavah Villas

Un paraíso terrenal en Maldivas en el que perderse (o quedarse a vivir)

by hola.com

Decía el Dalai Lama que una vez al año hay que ir “a algún lugar en el que nunca hayas estado antes”; Cesare Pavese que “no se recuerdan los días, se recuerdan los momentos”; y el aventurero Herman Zapp que “los sueños no están para ser cumplidos. Están para ser vividos”. Siguiendo los pensamientos de estos tres hombres sabios, no queda otra que escapar a Maldivas, porque todos pueden hacerse realidad en este paraíso.

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Vegetación tropical, playas vírgenes respaldadas por palmeras, temperaturas que no superan los 29 grados y aguas brillantes y transparentes en las que adentrarse con gafas y tubo para observar su riqueza submarina o practicar todo tipo de deportes acuáticos. ¿Es o no el paraíso en el que desconectar del mundo y con el que uno siempre sueña?

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Estar en Maldivas es un lujo sí o sí, pero más aún alojarse en el Anantara Kihavah Villas (anantara.com/en/kihavah-maldives), un resort al borde del mar pero inmerso en la naturaleza que lo rodea. La experiencia comienza antes de aterrizar en el atolón de Baa, en el que se encuentra, porque para llegar hay que montarse en un hidroavión en el aeropuerto de la capital, Malé, y sobrevolar durante 30 minutos la peculiar belleza de estas islas de coral que salpican un mar de aguas turquesas.

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La primera visión no puede ser más sorprendente. Pero puesto en pie en este lugar apartado del mundo que es la preciosa isla de Kihavah Huravalhi, todo resulta idílico, desde sus villas con piscina de borde infinito posadas sobre el océano –decoradas con muebles de madera, ropa de cama premium de algodón, bañera extra grande y superficies de 260 a 2.730 m2…– hasta sus cenas románticas sobre la arena de la playa, su restaurante submarino Sea; el Anantara Spa, que ofrece tratamientos revitalizantes para calmar el espíritu y despertar los sentidos o las actividades que proponen a sus huéspedes, desde las más relajadas a las más activas, porque también están los que quieren disfrutar de unas vacaciones en este lado del mundo con la familia.

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Único también su Sky, que no solo acoge el telescopio más potente del océano Índico, el primer observatorio de estrellas sobre el agua en Maldivas, también tiene un bar de lujo en la azotea donde probar una amplia carta de cócteles y un gurú que cuenta las historias más fascinantes sobre las estrellas mientras se mira al cielo. Así las noches bajo la luz de la luna no apetece que se acaben nunca.

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