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48 horas en Vitoria: 7 imprescindibles en la capital más verde

Tiene el tamaño ideal para un fin de semana, pero para rematar la jugada mejor reservarse tres o cuatro días. Como en una partida de ajedrez vamos saltando de casilla en casilla, de parada en parada, hasta sacarle todo el jugo a esta ciudad viva, animada, comprometida con el medio ambiente, cultural y gastronómica –el paraíso del pintxo– y rematar la partida con un jaque mate perfecto.

by EVA DE LA PARRA

PARADA 1: AL ENCUENTRO DE LOS CIERVOS SOBRE RUEDAS

Siendo Vitoria una de las capitales con más espacios verdes de Europa y kilómetros de carriles para pasear o montar en bici –101 en concreto–, lo mejor será hacerse con una nada más llegar y comenzar a descubrir la ciudad sobre dos ruedas. Una buena opción será consultar la web vitoria-gasteiz.org/ciclorutas donde informarnos de rutas, lugares donde alquilar una e incluso puntos de préstamo gratuito. Un consejo: Vitoria es llana ¡pero ojo! el casco antiguo se encuentra en una colina, por lo que llegados a esa zona habrá que estar en forma, y mucho, u optar por dejarla aparcada y continuar andando hasta nuestra próxima parada.

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De entre todas las posibles rutas del cinturón verde, una de las más recomendables es la que recorre los humedales de Salburua, un espacio de más de 200 hectáreas formado por varias lagunas y un robledal. Allí se puede aparcar la bici para visitar Ataria, su fotogénico centro de Interpretación, con un espectacular mirador volado sobre las aguas, donde contemplar a las garzas desde los observatorios de aves y pasear por el parque con suerte de encontrar ciervos y hasta un visón europeo. En Ataria también hay un centro BTT donde se puede alquilar una bici e informarse sobre otras posibles rutas.

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PARADA 2: UNA CATEDRAL ABIERTA POR OBRAS

La segunda parada lleva de ruta por la zona centro. Si el transporte elegido es la bici puedes dejarla aparcada junto a la plaza de la Virgen Blanca e iniciar aquí el recorrido. Corazón de la ciudad, esta plaza es famosa por la bajada de Celedón, cuando cada 4 de agosto este curioso personaje desciende desde el campanario de la iglesia de San Miguel con un paraguas hasta un balcón de la plaza dando comienzo a la fiesta.

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A espaldas de la Virgen Blanca espera la catedral de Santa María, cuyos guías invitan a ataviarse con redecilla y casco para la cabeza y recorrerla por los andamios desde una perspectiva única. Hay tres opciones para visitarla: solo la catedral, la catedral y la torre, pero, lo más recomendable, es la catedral y la muralla. Al salir habrá que pasear un rato por las deliciosas calles de su casco antiguo, muchas de ellas con los nombres de los gremios que las ocupaban como Cuchillería, Herrería, Correría (aquí una parada para quienes quieran comprar artesanía), Pintorería… Un recorrido que va descubriendo todo el sabor medieval de una ciudad fundada allá por el siglo XII.

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PARADA 3: DE PINTXOS POR LA ‘KUTXI’

Cuando llega el momento de darle gusto al paladar, hay que hacer parada en alguna de sus muchas rutas de pintxos. Para cada día de la semana hay una diferente, de todas da sobrada información cualquier oficina de turismo. Situados en el casco antiguo, una buena zona para empezar es la calle Cuchillería, o la ‘Kutxi’ como la llaman, repleta de bares donde por un euro y medio o dos euros uno se puede tomar un vino de crianza, Rioja Alavesa a ser posible, acompañado de una de estas delicias de alta cocina vasca en miniatura. Erkiaga (Herrería, 38), La Malquerida (Correría, 10) o La Riojana (Cuchillería, 35) pueden ser buenas pistas.

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PARADA 4: RECORRIDO POR LA FILADELFIA VASCA

Si de Filadelfia, en EEUU, se dice que es “la galería de arte al aire libre más grande del mundo” Vitoria le va a la zaga, donde este arte muralístico se ha hecho un hueco para quedarse y proponer una de las rutas más diferentes y atractivas de la ciudad. Una galería de murales al aire libre en edificios del centro histórico realizados por artistas y vecinos, cada uno con su historia, significado y hasta sus pequeños secretos. Pueden visitarse por cuenta propia en un paseo, pero merece la pena que te lo cuenten y descubrir con una visita guiada (muralismopublico.com, 5 €) la historia de cada pintura.

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PARADA 5: UN HOMENAJE DE MEDIA TARDE

En Vitoria, si hay algo que gusta y mucho, son los dulces. Los vitorianos se vuelven locos con chocolates, trufas, tartaletas, bombones de todo tipo y relleno… y ellos saben bien dónde acudir a darse pequeños homenajes por los obradores de la ciudad. Para los que quieran recuperar las calorías quemadas en la bici pueden empezar por un clásico en la zona centro como Confituras Goya (Eduardo Dato, 6), donde comprar sus famosos Vasquitos y Nesquitas, unos bombones deliciosos que llevan vendiendo desde ya hace casi un siglo. En La Peña Dulce (Correría, 124) hay que probar sus trufas; y, para los más innovadores, Sosoaga (sosoaga.com) es conocido por sus alavesicos, bombones donde el mejor de los chocolates se funde con productos de la tierra como el txakolí, el vino de La Rioja Alavesa o el queso Idiazábal ¡para morirse!

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PARADA 6: SALTO A LA MODERNIDAD

Después de disfrutar de la coqueta ciudad medieval queda una parada en la Vitoria más moderna, en la que el Artium, el Museo de Arte Vasco Contemporáneo (Francia, 24, a 10’ andando de la plaza de la Virgen Blanca, Precio: 6 €) es la piedra angular. Además de exposiciones y actividades culturales, en sus salas conviven obras de grandes artistas como Picasso, Tàpies, Miró, Saura, Palazuelo… conviven con artistas contemporáneos. Para rematar la jornada, nada mejor que su restaurante Cube, con decoración vanguardista y una carta para un picoteo, que cuenta además con una agradable terraza y menú de diario y de fin de semana.

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PARADA 7: JAQUE MATE A UN FIN DE SEMANA PERFECTO

Un viaje no sería redondo sin un alojamiento a la altura del mismo. Así que mejor reservarse la última parada por esta ciudad para el Gran Hotel Lakua, el único cinco estrellas, ubicado en la zona norte de Vitoria. Mezcla la arquitectura de vanguardia con decoración clásica y tiene uno de sus puntos fuertes en la gastronomía; bajo la dirección del chef Aleix Alonso, su restaurante es una buena elección para degustar cocina tradicional vasca. Una experiencia que es el jaque mate perfecto al viaje, ya que el hotel está íntimamente unido al ajedrez, que acoge torneos nacionales e internacionales de este deporte-ciencia en el que participan los mejores jugadores del mundo.

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MUY ÚTIL

¿Cómo llegar? En coche, Vitoria está bien comunicada, a unas tres horas y media de Madrid por la AP1 y a solo 50 minutos de Bilbao por la AP68. También es posible la conexión desde Madrid por tren.

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¿Cómo moverse? En una ciudad eminentemente verde como Vitoria, los transportes por excelencia serán la bici o el tranvía (el billete de 1 día con número ilimitado de viajes cuesta 4,40 €). Una vez en el centro, el casco antiguo se recorre fácilmente caminando. Hay numerosos puntos de alquiler de bicis o préstamo gratuito en la ciudad de los que informan en cualquier oficina de turismo.

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