Se trata de un diseño de inspiración floral, que como suele pasar con estas joyas, tiene la capacidad de transformarse, convirtiendo las flores en broches. Curiosamente, la Reina Madre dejó de usarla muy pronto y desde hace 90 años no se usaba en público, solamente se le había visto como pieza de museo, cuando en el 2002 fue exhibida en la muestra The Queen’s Diamonds, en el museo Victoria & Albert de Londres, haciendo esta aparición de la Princesa de Gales con ella una muy especial.