Su reputación, sus relaciones fallidas y otras cosas de las que Harry culpa a los tabloides en su testimonio escrito

En un hecho que no se veía en Reino Unido hace más de un siglo, un royal tomó el estrado esta semana. El Príncipe Harry fue en contra de todo lo que se buscaba durante su tiempo como miembro senior de la Familia Real británica y fue llamado a declarar en el juicio que él, así como otro grupo de celebridades, mantienen en contra del Mirror Group Newspapers, grupo editorial propietario de distintos tabloides. En medio de una enorme expectación, el Príncipe llegó a Reino Unido, para una estancia que duró casi el doble de tiempo del que estuvo en su país para la coronación de su padre, mostrando la importancia que para él tiene este caso. Fue así que durante un día y medio -en tiempo de la corte- respondió a los cuestionamientos del abogado de la defensa, y en menor porción a las de su propio representante legal. Debido a que no pueden entrar las cámaras a la corte, solamente se pudo saber qué sucedía ahí a través de los reportes del puñado de periodistas que alcanzó un lugar en la sala. Se habla de un Harry más tímido el primer día, y un poco más seguro de sí el segundo, con un momento de quiebre de voz cuando cerró su testimonio, dejando claro que nada de esto fue fácil. Las preguntas que se le hicieron, estuvieron basadas en el testimonio escrito, en el que en 55 páginas el Príncipe expresó sus razones detrás de esta denuncia, pero, ¿qué dice este documento? Aquí repasamos uno de los puntos más importantes del documento, la culpabilidad que encuentra en los tabloides cuando de su vida personal se trata.

Los tabloides, culpables de su partida

En las primeras páginas de este documento que se ha publicado íntegramente, Harry expone todos sus datos biográficos, llegando al séptimo punto, en el que habla de la decisión que él y Meghan tomaron para abandonar Reino Unido: “En gran parte, fue por la constante intrusión, incitación al odio y acoso de los tabloides en cada aspecto de nuestras vidas privadas, lo que tuvo un impacto devastador en nuestra salud mental y bienestar. También estábamos muy preocupados por la seguridad y salvaguarda de nuestro hijo”, se lee, mencionando únicamente a Archie, pues Lilibet llegaría al mundo cuando la familia ya se había mudado a California.

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La relación del Príncipe con la prensa británica

“No es un secreto que he tenido, y continúo teniendo, una relación muy difícil con los tabloides británicos”, comienza esta porción del texto, “En mi experiencia, como miembro de la Familia Real, cada uno de nosotros es tipificado en un rol en específico por los tabloides. Comienzas como un lienzo en blanco, mientras deciden qué tipo de persona eres y qué tipo de problemas y tentaciones puedes tener. Luego comienzan a dirigirte a jugar ese rol o roles, que les encajan mejor y los que venden tantos periódicos como es posible, específicamente si eres el ‘reemplazo’ del ‘heredero’. Entonces ya sea que seas el ‘príncipe playboy’, el ‘fracasado’, el ‘marginado’, o en mi caso, el ‘tonto’, el ‘mentiroso’, el ‘alcohólico menor de edad’, el ‘consumidor de drogas irresponsable’, y la lista continúa. Como adolescente y en mis tempranos veintes, terminé sintiendo como que estaba manteniendo muchos de los titulares y estereotipos que querían atribuirme, únicamente porque pensé que, si iban a imprimir esa basura sobre mí y la gente lo iba a creer, más valía ‘cometer el crimen’, por decirlo de alguna manera. Fue una espiral en descendiente, en la que los tabloides intentarían constantemente de engatusarme a mí, un joven ‘dañado’, para hacer algo estúpido que haría una buena historia y vender muchos periódicos. Al ver hacia atrás ahora, mucha de esa conducta por su parte es absolutamente vil”.

“Mientras reportarían, por supuesto, los éxitos en mi vida, me parecía que les causaba mucho más placer el derribarme, una y otra vez. Esto se extendía a mis relaciones. Siempre sentí que los tabloides me querían soltero, ya que era mucho más interesante para ellos y vendían más periódicos. Cada vez que empezaba una relación, estaban muy dispuestos a reportar detalles, pero, después, muy rápidamente, buscarían romperla al poner mucho peso sobre ella y creando tanta desconfianza como fuera humanamente posible, de lo que entraré en más detalle más adelante en este testimonio. Este objetivo perverso todavía es buscado hasta este día, a pesar de que ahora estoy casado”.

“Cada vez que he estado en una relación, siempre he tratado de ser la mejor pareja que puedo ser, pero cada mujer tiene su límite. Desafortunadamente, no solo son relaciones conmigo, sino con toda la prensa de tabloides como una tercera persona. En ningún punto he tenido una novia o relación sin que nadie en los tabloides se involucre y finalmente, trate de arruinarla usando medios ilegales a su disposición. Otra vez, entraré en más detalle sobre esto más adelante en mi testimonio”.

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“Por supuesto, acepto mi papel público dentro de la Familia Real y sé que cada vez que me pongo el traje y la corbata para aparecer en un compromiso público, voy a ser fotografiado porque la mayoría de la prensa estará ahí. Incluso si me toma una foto un paparazzi de camino ahí o de regreso, eso está perfectamente bien porque es esperado. Pero, el siguiente día, quiero salir y pasear a mi perro, esperaría algún nivel de privacidad, que desafortunadamente, nunca ha existido para mí. A pesar de las ideas equivocadas comunes, no era mantenido más del 5% por los contribuyentes mientras trabajaba para la Familia Real en Reino Unido, sin embargo, se sentía como si los tabloides pensaran que les pertenecía absolutamente, y merecían saber todo lo que hay que saber sobre mí, mi vida, mis movimientos y las vidas de las personas que llegaban a mi órbita”.

“También parece haber una verdadera línea borrosa en términos de qué es interés público y qué interesa al público. Los tabloides se concentran en las historias morbosas sobre mis relaciones y demás para satisfacer esta última, mientras que aparecen ignorar completamente la primera, como medio para justificar su intrusión. Simplemente no entiendo (y nunca lo he hecho) cómo es que los detalles privados de mis relaciones, por ejemplo, podían tener algo qué ver con el bienestar de la sociedad o el funcionamiento del país, y por lo tanto ser de interés público, o, de hecho, cómo el usar la intervención telefónica y otras técnicas ilegales de recaudación de información para descubrir esta información privada podría serlo también. Obviamente, entiendo que mis relaciones son de interés para millones de lectores de tabloides, pero eso es algo completamente diferente. Lo que denuncio aquí es ilegal y fuera de la let, y eso es algo sobre lo que estoy fuertemente convencido, no solamente en una capacidad personal, sino como parte del rol que siempre he intentado tomar como mi deber de alzar la voz contra las cosas que están mal y que el público o gente sin los mismos recursos no debe aceptar o sufrir”.

“Incluso llegó a un punto en el que los tabloides publicaban rutinariamente artículos, a menudo incorrectos, sobre mí en los que, pero salpicados con unas gotas de verdad, que ahora pienso estaban recabadas de la intervención de buzones de voz y/o recaudación ilegal de información. Esto creó una versión alterna y distorsionada de mí y mi vida para el público en general -siendo esas personas a las que tenía que servir y con las que tenía que interactuar como parte de mi papel en la Familia Real, al punto en el que una de miles de personas a las que conocía o me presentaban cualquier día, podía fácilmente haber dicho ‘sabes, eres un idiota. He leído historias sobre ti y ahora te voy a acuchillar’. Esto se extendió a cada nuevo lugar al que iba, ya sea un salón de clases o un nuevo ciclo en el ejército, siempre dudaba, cuando llegaba a un lugar con gente desconocida, si habían leído esas historias y qué juicio se habían formado ya basados en lo que habían leído en los tabloides”.

“Cualquier ventaja que la gente asegure que tenía al llegar a una habitación como ‘el Príncipe Harry’ era completamente puesta de cabeza, porque estaba enfrentando juicios y opiniones basados en lo que se reportara sobre mí, fuera cierto o no. Esperaba que la gente pensara, ‘obviamente va a reprobar el examen, porque es el tonto’. Si, por ejemplo, eras uno de los examinadores de la Regular Commissions Board, esperarías que fallara, ya que te habías hecho una opinión antes de conocerme, basado en los reportes de los tabloides. Significaba que sintiera que nunca estaba en el mismo nivel que nadie más, porque la atención siempre estaba sobre mí”.

“Genuinamente siento que cada relación que he tenido, ya sea de amigos, novias, con familia o en el ejército, siempre ha habido una tercera persona involucrada, o sea, los tabloides. El haberme visto crecer desde bebé (al nacer en esta ‘relación contractual’ sin ninguna elección) y al someter a escrutinio cada uno de mis movimientos, los tabloides saben los retos y luchas de salud mental con los que he tenido que lidiar a lo largo de mi niñez y vida adulta, y el que ellos jueguen con esto y los usen para su propio beneficio, pienso que es, bueno, criminal”, termina enfáticamente Harry en esta porción de las 55 páginas, que según explicó en el estrado, escribió personalmente después de largas videollamadas con su equipo legal.

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