En el caso de William, la explicación es igualmente mundana, pero no tiene nada qué ver con la razón por la que su madre llevaba dos de estas piezas a la vez. En una de sus muñecas, el Príncipe lleva un Omega Seamaster 300m, que fue regalo de su madre y que ha lucido sin fallar por los últimos 20 años. Mientras que en el otro brazo, se le ve llevando un smartwatch de Garmin modelo Forerunner 245.