Por qué la Princesa Diana dejó de usar el delineador azul

La influencia de la Princesa Diana en el mundo de la belleza y el estilo, sobre todo en la década de los 90s, es indudable. Si cuando llegó a la Familia Real británica iba apenas dando sus primeros pasos en el mundo de la moda, conforme fueron pasando los años, fue cobrando fuerza y sus elecciones eran imitadas por mujeres alrededor del mundo. Su mezcla de looks especialmente sofisticados con aquellos que eran por demás casuales, hizo que las miradas se posaran sobre ella sin importar si se encontraba en una ida al gimnasio o en una noche de gala. Y si su guardarropa era toda una fuente de inspiración para las mujeres de la época, su maquillaje no quedaba atrás.

Dispuesta a romper esquemas, como lo hacía con el color de su barniz de uñas que no se apegaba al tradicional nude de las mujeres Windsor, no fue una sorpresa que Diana eligiera un delineador de ojos estridente. Lejos de los tradicionales negro y café, Diana eligió un tono que fuera casi idéntico al color de sus ojos. Aunque en general su maquillaje era tenue y sencillo, cuando se trataba del delineador, no tenía problema en pintárselo por dentro de la línea de agua, en un tono por demás llamativo. El delineador estaba estratégicamente colocado lo más cercano del iris posible, para poder crear un efecto en el que parecía que había cierta continuidad entre el color de sus ojos y el maquillaje.

Desde muy joven comenzó a aplicar este color en su maquillaje e incluso en ocasiones especiales, como en el retrato que le hizo Lord Snowdon en 1981, se le puede ver llevándolo. La Princesa usaba, según uno de los bocetos de su maquillaje para una de sus sesiones de fotos, el lápiz Blue kohl 636 de Elizabeth Arden -el cual ya no se encuentra a la venta, pues ha sido sustituido por nuevos modelos de delineadores más apegados a la época actual-, que combinaba con una máscara de pestañas de la misma firma.

A pesar de su afición, conforme fueron pasando los años, la Princesa cambió su característico estilo para comenzar a usar tonos más cercanos al café y beige. Su maquillista, Mary Greenwell, explicó por qué la convenció de dejar su sello tradicional. “En los 80s, mucha gente llevaba delineador azul y ¡ella era tan joven! Podía salirse con la suya haciendo lo que quisiera”, ha dicho a Vogue.

“Creo que los beiges y cafés son mucho más bonitos, tan simple como eso”, ha respondido Mary a Yahoo al ser cuestionada sobre este cambio en el maquillaje de la Princesa. Greenwell también ha compartido cómo es que trabajaban en estos cambios en su look: “Era alguien que estaba en el ojo público, presentándose todo el tiempo ante el público. No es particularmente apropiado ir cambiando tu look cada cinco segundos”. Esto se reafirma con aquel detalle sobre el corte de cabello de Diana, que tenía que hacerse poco a poco a la vez para que nadie notara si llevaba un estilo más corto o largo.

Mary también compartió que a Diana le encantaba maquillarse: “Amaba el maquillaje y amaba experimentar. No era al punto de ir de unas sombras verdes a unas azules, pero solo experimentar en maneras que resaltaran sus ojos más. Era mucho más el querer que su look fuera absolutamente hermoso cada vez”.