El simpático momento en el que el Príncipe Carlos prefirió declinar un corte de pelo en Cuba

La histórica visita del Príncipe Carlos y la Duquesa de Cornwall a Cuba ha regalado maravillosas postales, sobre todo aquellas que se tomaron en el especial paseo que la pareja real dio ayer por la tarde por las calles de la Habana. Totalmente entregados a la experiencia, el Príncipe Carlos y su mujer participaron en todo tipo de actividades clásicas de aquel pintoresco país, en las que varias de ellas arrancaron una enorme sonrisa al heredero al trono.

Uno de los momentos más simpáticos se dio cuando el Príncipe entró unos momentos a Salón Correo, una barbería que pareciera detenida en el tiempo, como suele suceder con los establecimientos de la Vieja Habana. Muy sonriente, el Príncipe se sentó en la silla original de los años 50s, pero no se imaginaba qué le esperaba.

La dueña del lugar, Josephine Nando intentó cortarte la melena: “Por favor, ¡aunque sea un poquito!”, le decía a lo que un divertido Carlos le respondió negando con la cabeza: “Yo solo entré por el aire acondicionado”, mientras reía.

Que si la peluquería fue motivo de muchas risas, también lo fue la reacción del Príncipe a un puesto de churros. La espontánea forma en la que el Príncipe observa las delicias azucaras bien podría representar a cualquiera que teme desafiar la dieta comienda el antojito.

Así, con sus gafas obscuras y muy buen sentido del humor, se veía al Príncipe Carlos caminando por la Vieja Habana, en donde parece que se la pasó muy bien. A pesar de las altas temperaturas, que él mismo admitió eran todo un desafío, el Príncipe se mostró más relajado que nunca.

Que si el Príncipe se divirtió mucho en este paseo, la Duquesa de Cornwall no se quedó atrás, incluso posando con una de las ‘estatuas vivientes’ que se encontró en su camino.

Otra de las paradas en el camino del Príncipe lo llevó a un gimnasio de box en donde muy curioso hizo algunas preguntas a uno de los atletas del lugar.

Ya entrado en el tema, el Príncipe no dudó en subirse al ring…eso sí, no se le vio tirar ningún golpe, sino que escuchó con atención la experiencia de los chicos.

Pero no todas las esculturas causaron la misma reacción, ésta por ejemplo, más bien provocó la curiosidad del Príncipe que quería saber de qué estaba hecha.

Después del gimnasio, el Príncipe y la Duquesa hicieron una especial visita a la Compañía de Danza Acosta, en donde también se les vio muy alegres.

Junto al fundador, Carlos Acosta, el Príncipe y la Duquesa disfrutaron de una exhibición con lo mejor de los bailes de los jóvenes estudiantes.