Los secretos de protocolo de la Familia Real Británica que no conoces

Con generaciones de historia, la Familia Real Británica es una de las más protocolarias. Las reglas no escritas que dictan su comportamiento son muchas y designadas a distintos aspectos de su vida pública. Desde lo que va en su maleta, lo que pueden hacer en público y hasta cómo deben sostener una tazada de té, tienen normas para casi todo. Es por eso que hemos decidido darle un vistazo a algunos de estos secretos de protocolo que desconoces.

Nada de besos en público

Haz memoria e intenta recordar cuándo fue la última vez que viste a la Reina Isabel darle un beso al Príncipe Felipe o tomarlo de la mano. A pesar de que llevan casi seis décadas de matrimonio, ellos mantienen las muestras de cariño al mínimo cuando están en público. Este mismo ejemplo lo han seguido con mucho cuidado los Duques de Cambridge, el Príncipe William y Kate. Pero, ¿por qué lo hacen? Muy sencillo, para ellos estar en público constituye estar trabajando y representando a la corona por lo que reservan los besos y cariños para puertas cerradas. De hecho, las únicas ocasiones en las que se dejan ver un tanto más efusivos –sobre todo en el caso de los Duques- es cuando asisten a un evento deportivo, por tratarse de un asunto más relajado. Emily Nash, corresponsal de realeza para HELLO! lo explica: “El Duque y la Duquesa son vistos casi siempre durante compromisos oficiales así que están ‘trabajando’ y sería poco profesional que fueran tomados de las manos. Además de que dan la mano a un gran número de personas al conocerlos, así que además de estar trabajando, ¡sería muy poco práctico! Sabemos que son muy afectuosos y que a veces parece que tienen momentos más ligeros, como en eventos deportivos y cosas similares, pero no esperaría a que tuvieran un despliegue más amoroso en situaciones formales”.

Piden permiso para casarse

Así como lo lees, los primeros seis en la línea de sucesión al trono deben pedir permiso a la Reina para poderse casar. Según el Acta de Matrimonios Reales 1772, se requiere de la aprobación de la Reina para que se lleve a cabo el matrimonio. En algunos casos, la Reina ha tenido que negar este permiso, como fue el caso de su hermana la Princesa Margarita cuando quiso casarse con un hombre divorciado, algo que en ese momento no era visto con buenos ojos. Afortunadamente, también ha dado su bendición a muchos otros matrimonios. Se dice que si como se rumora, el Príncipe Harry estuviera camino al altar con Meghan Markle, necesitarían la autorización de la Reina para que después se hiciera un anuncio oficial a través del Palacio de Kensington. Aunque no se sabe si él seguiría los pasos del Príncipe William quien dio las buenas nuevas con una conferencia de prensa en la que se le vio de lo más enamorado de Kate en el 2010.

La Navidad de la Reina y quiénes están invitados

Año con año la Reina Isabel se refugia en su residencia de Sandringham para celebrar las fiestas de navidad, pero no cualquiera está invitado. Según dicta la tradición, solo las parejas comprometidas o casadas pueden asistir juntas a la celebración. Aunque se espera que la familia más cercana esté ahí, hay excepciones como el año pasado cuando los Duques de Cambridge pasaron las fiestas con los Middleton. La invitación a Sandringham es únicamente para los más cercanos, pues la familia extendida asiste en fechas previas a una comida en el Palacio de Buckingham para festejar con la Reina.

Los herederos y sucesores no deben volar juntos

Tal como pasa con el presidente y vicepresidente de algunos países, en estricta teoría los herederos al trono no deberían volar con su sucesor inmediato para no poner en riesgo la línea de sucesión. Por supuesto, en la práctica hay algunas licencias como en el caso del Príncipe William y el Príncipe George, quienes en más de una ocasión han viajado juntos. Para hacerlo, necesitan de un permiso expreso de la Reina, quien al parecer no tiene problema en dejar que padres e hijos viajen juntos.

Si ves a la Reina, mejor no intentes tomar una selfie

Ver a la Reina es todo un suceso, pero como muchas mujeres de su generación, ella prefiere un buen encuentro de frente que alguien que está más preocupado por tomar una selfie. Algunos, como el Príncipe William, aceptan posar para ocasiones especiales, como cuando el Duque decidió darle el gusto a una pequeña en 2014. Pero hay quienes no las toleran, como el Príncipe Harry, quien es un confeso enemigo de que la gente se la pase pegada a sus celulares. “No, odio las selfies. En verdad necesitan dejarlo, sé que eres joven, pero las selfies son malas. ¡Toma una foto normal”, dijo Harry a una joven fan. Se dice que la Reina considera que es un poco maleducado estar más enfocado en intentar tomar una foto con ella que en tener un encuentro de frente, según se ha reportado, extraña mucho el contacto visual.

Los autógrafos tampoco son una posibilidad

En el caso de los autógrafos, la razón es una más lógica y es que hay una preocupación muy realista de que la firma de los royals pueda ser falsificada. Es por eso que únicamente se les ve escribir su nombre en algunos libros de recuerdos o en documentos oficiales. Aunque como en todo, hay algunas excepciones. Hace algunos años el Príncipe Carlos decidió romper la regla para escribirle a un familiar enfermo de alguien que se le acercó, mientras que el Príncipe Harry acaba de escribir una carta entera para la esposa enferma de uno de los excompetidores de los Invictus Games. Aunque en casos habituales, el Príncipe Carlos suele responder: “Lo siento, no me dejan dar uno de esos”, cuando alguien le pide un autógrafo.

Siempre guardar un traje negro en su equipaje

Al hacer su maleta para viajar, los royals siempre deben de tener a la mano un traje negro, en caso de que suceda un evento desafortunado y deban tener que mostrar sus condolencias. Esto podría parecer un tanto tétrico, pero desgraciadamente a lo largo de la historia se ha mostrado que es necesario. En 1992, la Princesa Diana se encontraba de viaje esquiando con sus hijos cuando recibió la noticia de la muerte de su padre, el Lord Spencer. También han tenido malas experiencias en el otro sentido, en 1952 cuando falleció el Rey George VI, la Reina Isabel se encontraba en Kenia y en su maleta no había ninguna prenda adecuada para el luto que la embargaba por lo que decidió no permitir ser fotografiada sino hasta que tuviera una vestimenta adecuada.

No pueden tener ninguna inclinación política

Conocen a cientos de mandatario y se sabe que la Reina está perfectamente enterada de la situación política tanto de su país como del mundo entero, pero no pueden participar de las decisiones políticas. Según la página del Parlamento Británico: “Aunque no hay una ley que lo prohíba, se considera inconstitucional que un monarca vote durante las elecciones”. Con un papel activo en el Parlamento, no puede tener inclinación alguna. Por supuesto, tampoco pueden ser propuestos para algún puesto público para salvaguardar que el monarca no pueda usar su influencia en asuntos políticos ni en las leyes.

Todos tienen que hacer una reverencia a la Reina

Puede que no lo veas muy seguido en público, pero la realidad es que todos tienen que hacer una pequeña reverencia ante la Reina Isabel, como el miembro de la familia con el rango más alto. Se trata de algo muy sutil, los hombres regularmente solo inclinando la cabeza y las mujeres haciendo una pequeña reverencia. Entre ellos también hay reglas de ante quién deben inclinarse, las cuales suelen ser un poco complejas. Por ejemplo, las mujeres que deben inclinarse ante la Duquesa de Cambridge cambian dependiendo de si se encuentra con ella el Príncipe William. Y las Princesas de sangre –la Princesa Anne, la Princesa Beatrice y la Princesa Eugene- no deben inclinarse ante las plebeyas que se integraron a la familia.

Las piernas cruzadas no son cosas de princesas

El sentarse de forma correcta es algo importante, sino fíjate en las fotografías de la Reina Isabel o de la Duquesa de Cambridge. Es casi imposible verlas cruzando las piernas, Kate, por ejemplo, siempre se sienta con la pose que se conoce como “the Duchess slant”, con las rodillas y tobillos unidos y las piernas ligeramente inclinadas hacia un lado. Éste también era el sentado favorito de la Princesa Diana, pues además de ser cómodo y elegante, hace que las piernas luzcan más largas en las fotografías.

Sin dedito levantado, cuando de tazas se trata

No es normal verlos tomando té en público, pero en las pocas ocasiones que lo hacen deben tomar la taza con el dedo pulgar y el dedo índice, guardando el meñique. Además deben ser cuidadosos de tomar siempre del mismo lugar, sobre todo las mujeres, para evitar las manchas de lipstick alrededor de toda la taza.