Parecía una escapada romántica, pero el viaje de los príncipes Carlos Felipe y Sofia de Suecia a Capri tenía un secreto. Aprovechando los últimos coletazos del verano, el hijo de los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia y su mujer, hacían las maletas para visitar la isla italiana. Además de disfrutar de este paraíso, ahora se ha sabido que la pareja aprovechó su viaje, en el que también les acompañaron sus hijos Alexander y Gabriel, para acudir a la boda de una gran amiga, Carolina Pihl, madrina del menor de sus pequeños, con el noruego Gunnar Eliassen.
La familia principesca no dudó en hacer las maletas y acompañar a los novios en su gran día. Después de hacer turismo por el bello archipielago, acudieron al enlace, que dejó unas estampas familiares idílicas con el mar como protagonista y en las que Carlos Felipe y Sofia derrocharon ternura y cariño con sus hijos de 3 y dos años.
La espectacular boda se celebró en el borde de un acantilado y tuvo al atardecer como testigo de excepción. La novia lució un vestido blanco de silueta sirena y manga corta y se peinó con unas ligeras ondas de las que prendía el velo. Del maquillaje se encargó uno de los mejores amigos de la Princesa, William Värnild, según informa la prensa sueca. Gunnar, como si de un actor de la dolce vita se tratara, llevó un esmoquin con chaqueta blanca. Tras el ‘sí, quiero’, que se celebró al aire libre bajo una pérgola adornada con rosas que se instaló en el Faro de Punta Carena, los recién casados y sus seres queridos se dirigieron al lugar de la celebración y a la fiesta posterior, que también fue en el exterior, y que se alargó hasta altas horas de la madrugada.
- La romántica escapada de Carlos Felipe y Sofía de Suecia en Capri
Como si fueran unos invitados más y aprovechando las espectaculares vistas de la costa, Carlos Felipe y su esposa se hicieron multitud de fotos con sus pequeños y dieron la enhorabuena a los novios. Para esta ocasión, Sofia eligió un vestido negro midi, de corte hatler y original escote en la espalda. Un diseño que completó con unas sencillas sandalias negras al tono y un recogido. Además, llevó un ramo de flores, lo que podría significar que hubiese sido una de las damas de honor. Los pequeños Alexander y Gabriel estaban adorables con sendos petos en color blanco. El hijo mayor de los Príncipes también llevó unas flores a juego con las de su madre, mientras que el príncipe Gabriel tuvo que ser consolado por sus padres en alguna ocasión, quizá afectado por el cansancio de una tarde maratoniana.
Uno de los momentos álgidos de la velada fue cuando los novios cortaron la tarta, bajo una nube de las bengalas, al son de la música y brindaron por su felicidad. Al día siguiente, los ya marido y mujer y parte de su círculo más cercano disfrutaron del mar Tirreno con una jornada naútica para poner el broche de oro a unas celebraciones a la italiana.
La relación entre la Princesa y Carolina Pihl se remonta a los tiempos en los que Sofia de Suecia vivió en Nueva York. Parte de la pandilla de amigos que hizo en su etapa en la Gran Manzana también acudió a este romántico enlace. Actualmente, el recién estrenado matrimonio vive en Londres con su hija de un año Stella Inez Winther, donde Carolina dirige la empresa Pihl Strehl, dedicada a la venta de velas y mantas perfumadas. La amistad entre ambas es tan estrecha, que los Príncipes no dudaron en que Carolina fuera la madrina de bautizo del pequeño príncipe Gabriel.
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