En su juventud el príncipe Andrés fue considerado el más atractivo y carismático de la Familia Real, tenía un carácter distinto al del príncipe de Gales, más extrovertido y seguro, era un "tipo duro", al gusto del duque de Edimburgo y, por si fuera poco, participó en la Guerra de las Malvinas regresando convertido en un héroe nacional