Tras el funeral de Estado, que se celebró en la Abadía de Westminster de Londres ante 2.000 invitados y 22 casas reales, los restos mortales de Isabel II fueron trasladados hasta Windsor, a una hora de la capital británica, para un segundo servicio religioso más íntimo y familiar. Horas después, los restos mortales de Isabel II se despositaron en la Capilla de San Jorge, en el lugar elegido por ella misma junto a su marido, sus padres y su hermana