Ahora tiene que hacer frente a otra mala noticia, también de la mano de un familiar. Su primo lejano Simon Bowes-Lyon, conde de Strathmore y Kinghorne, de 34 años, es el protagonista del último escándalo: se enfrenta a cinco años de cárcel por una agresión sexual que tuvo lugar en el castillo de Glamis, al este de Escocia, hogar de la infancia, por cierto, de la Reina Madre