La intención de los duques de Sussex sería mudarse a esta mansión y comenzar aquí una nueva vida con su hijo. Este es uno de los cinco dormitorios de la casa. La cama está enfrente de una gran ventana, por lo que las vistas no pueden ser más ideales y el descanso más placentero. Cuando viajen a Gran Bretaña, Harry y Meghan se instalarán en su casa de Frogmore Cottage, en Windsor, tal y como deseaban, para tener siempre un lugar al que volver "y al que llamar hogar en Reino Unido". Eso sí, a cambio deberán abonar los gastos de la reforma, pagados por el erario público: 2,8 millones de euros