El duque de Edimburgo completa a su vez el último paso de la 'Operación Forth Bridge'

Isabel II descansa ya junto a su marido, sus padres y su hermana

Los restos mortales de la soberana se han depositado en la capilla conmemorativa del rey Jorge VI dentro de la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor

Por Sira Acosta

Han terminado diez días intensos en los que los Windsor ha tenido poco espacio para el duelo en privado: Isabel II descansa ya junto a su marido, el duque de Edimburgo, en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, su residencia favorita. Después del funeral de Estado, que se ha celebrado esta mañana en la Abadía de Westminster, los restos mortales de Isabel II han sido trasladados a Windsor -a una hora de Londres-, lugar en el que se ha celebrado otro servicio religioso por la que fuera la jefa del Estado durante 70 años. Después, el deán de la iglesia, ya en la intimidad, ha oficiado una ceremonia solo para la familia, tras la cual, Isabel II ha sido enterrada en la Capilla Conmemorativa del Rey Jorge VI, donde reposan los restos mortales de sus padres, el rey Jorge VI y la Reina Madre, y su hermana, la princesa Margarita. Capilla a la que también se han trasladado los restos del duque de Edimburgo, que reposaban desde abril de 2021 en la Bóveda Real. 

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Tras un día retransmitido en directo para todo el mundo, las cámaras de televisión se han apagado en la Capilla de San Jorge cuando el Arzobispo de Canterbury ha pronunciado la bendición y ha sonado el God Save The King, entonces el rey Carlos III y toda la familia han partido desde el Pórtico Galileo hasta el Castillo de Windsor. Sin embargo, a las 19:30 (hora local) han regresado para el entierro en la Capilla Conmemorativa del Rey Jorge VI, entonces el Deán de Windsor ha oficiado una ceremonia íntima antes de que los restos mortales de la soberana fueran depositados en el lugar elegido. Hay que recordar que la Capilla de San Jorge es el templo de culto real, donde reposan la mayoría de reyes de la historia británica, donde se celebran los servicios religiosos de la Orden de la Jarretera - la orden de caballería más importante y antigua del Reino Unido- y el lugar elegido para celebrar bautizos, bodas y entierros de los Windsor. Eso sin olvidar que el propio castillo ha tenido un papel muy imporante en la vida de Isabel II, ya que por su proximidad con Londres fue el lugar elegido para pasar los fines de semana durante años, aquí sufrió el fatídico incendio de 1992 que afectó a una parte del castillo, y también fue el lugar donde se resguardó junto a su marido en tiempos de pandemia. De hecho, en el último año lo convirtió en su residencia oficial, motivo por el cual los príncipes Guillermo y Kate se mudaron de Londres a Windsor, en cuyos terrenos reales también tienen su residencia oficial el príncipe Andrés y los duques de Sussex cuando están en suelo británico.

Historia de un lugar para el descanso eterno

El padre de Isabel II, Jorge VI, murió de forma inesperada en febrero de 1952. No había un plan ni había compartido sus deseos para la eternidad; quizá por eso, con el fin de no volver a vivir una situación similiar, durante el reinado de su hija se trabajó para hubiera un manual detallado que resolviera todas las dudas en cada escenario posible. De modo que cuando murió Isabel II –el pasado 8 de septiembre- en el Castillo de Balmoral, se activaron todos los protocolos que fase a fase han desembocado en este histórico lunes 19 de septiembre. El deseo de Isabel II cuando falleció su padre es que se buscara un lugar específico para su descanso dentro de la Capilla de San Jorge, sin embargo, la Bóveda Real –debajo de la capilla- no contaba con espacio suficiente puesto que había sido el lugar de enterramiento de miembros de la Familia Real desde 1810. Esto cambió en el reinado actual, cuando la mayoría de los servicios religiosos funerarios se siguieron celebrando allí, pero los restos mortales eran trasladados inmediatamente después a un cementerio privado en Frogmore, en los terrenos reales que rodean al Castillo de Windsor.

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La capilla de San Jorge, el escenario del último adiós

Esa falta de espacio se solucionó construyendo una capilla adicional en el exterior a la Capilla de San Jorge que siguió el estilo arquitectónico -gótico perpendicular- del templo y que financió en su totalidad Isabel II con sus ingresos privados. Se levantó con piedra de Northamptonshire, se pusieron vidrieras con una rica ornamentación, como tiene todo el templo, y el techo se decoró con incrustaciones de pan de oro. Los restos del rey Jorge VI se trasladaron allí al finalizar la obra en marzo de 1969 y el lugar del entierro está marcado con una losa de mármol negra en la que se puede leer "George VI 1895 - 1952" y en la que también figura el nombre de su mujer: "Elizabeth 1900 - 2002". Allí reposó en solitario hasta el fatídico año 2002, cuando murieron la princesa Margarita y la Reina Madre con menos de dos meses de diferencia y ambas fueron enterradas allí, en el caso de la princesa Margarita son sus cenizas las que reposan allí.

Ahora Isabel II se encuentra con sus seres queridos, mientras que el duque de Edimburgo completa a su vez el último paso pendiente de la Operación Forth Bridge -nombre del protocolo establecido para el fallecimiento del marido de la Reina- , que era este traslado de la Bóveda Real hasta la capilla en honor a su suegro. Hay que recordar que la princesa Alicia de Battenberg, madre del duque de Edimburgo, también estuvo durante un tiempo en esa misma Bóveda Real, aunque luego sus restos fueron trasladados por el propio príncipe Felpie a Getsemaní, en el Monte de los Olivos de Jerusalén. 

El mensaje de la Familia Real

Tras el entierro de Isabel II, la Casa Real británica le ha rendido homenaje por última vez. Junto a una imagen de la monarca en plena naturaleza, esa que tanto amaba, han escrito las siguientes palabras: "May flights of Angels sing thee to thy rest. In loving memory of Her Majesty The Queen. 1926 - 2022". La frase significa "Que el vuelo de los ángeles te cante para tu descanso" y es la misma que la que pronunció el 9 de septiembre Carlos III en su primer mensaje televisado ya como jefe del  Estado. Se trata de un fragmento de Hamlet, una de las obras más importantes de William Shakespeare, el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal.