Tras el importante gesto de Isabel II con ella

Camilla de Cornualles, la apasionante y difícil historia de la futura Reina consorte de Inglaterra

La esposa del príncipe Carlos, que llegó a ser tildada como la "mujer más odiada" del país tras la muerte de Diana de Gales, ha tenido una vida de película hasta alcanzar el lugar que ahora ocupa

Por Martín Gálvez Piqueras

En el día que se ha celebrado por todo lo alto el Jubileo de Platino de Isabel II, su nuera Camilla de Cornualles se convertía en una de las grandes protagonistas. El motivo, las palabras de la soberana británica en las que deseaba sinceramente que la mujer de Carlos de Inglaterra "sea conocida como Reina consorte" cuando llegue el momento, "mientras continúa con su leal servicio" a la Corona. Importante mensaje de reconocimiento que ha trasladado la monarca de 95 años en la conmemoración del 70º aniversario de su subida al trono, un respaldo público y definitivo al que se sumaba después el príncipe de Gales cuando recordaba que "mi querida esposa ha sido mi más firme apoyo a lo largo del camino". Por todo ello, conviene repasar la vida y obra de la Duquesa, una mujer que no lo ha tenido nada fácil hasta llegar al lugar que ahora ocupa.

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De su familia, infancia y juventud al día que conoció a Carlos de Inglaterra

Nacida en el King's College Hospital de Londres el 17 de julio de 1947, la por entonces Camilla Rosemary Shand -su nombre de soltera- era hija de Bruce Shand, un oficial del Ejército británico, y de Rosalind Cubitt. Tuvo dos hermanos, el trágicamente fallecido Mark Roland y Sonia Annabel. De pequeña, comenzó su etapa educativa en la escuela Drumbells de Sussex y después en el Queen's Gate de Kensington. A los 16 años fue enviada a terminar sus estudios en Mon Fertile en Suiza, y posteriormente se marchó a Francia para cursar francés y literatura en París. Una época en la que también se convirtió en una experta amazona y llegó a participar en la popular caza del zorro. En 1965, volvió a su país y se mudó al lujoso barrio londinense de Belgravia, donde trabajó durante un año con los diseñadores Sybil Colefax y John Fowler. Fue en 1970, con 23 años, cuando conoció al príncipe Carlos en un partido de polo y allí arrancó una historia que daría una y mil vueltas.

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Su relación se vería interrumpida cuando ella decidió casarse en 1973 con el que era su pareja en aquel momento, el mayor Andrew Henry Parker Bowles, con el cual tuvo dos hijos: Thomas Henry Charles y Laura Rose. Pese al laberinto de emociones, existía buena relación entre el Príncipe y Camilla, tanto que el heredero al trono fue padrino de su primer vástago. En 1979, Carlos de Inglaterra insistió y pidió a Camilla que se divorciara y que se casara con él, aunque ella lo rechazó, tal y como relataba en su libro Penny Junor, autora de la biografía autorizada La duquesa. La historia no contada. Sin embargo, en 1980 durante una fiesta, Carlos y Camilla bailaron durante horas y reanudaron su historia de amor prohibido. Camilla ayudó al príncipe Carlos a encontrar una residencia (la mansión de Highgrove) cerca de su propia casa y al parecer distinguía perfectamente entre el hombre que la amaba y el futuro Rey de Inglaterra. Así las cosas, la monarquía necesitaba una Princesa y Diana Spencer era la elegida.

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Diana de Gales, el "Camillagate" y la "mujer más odiada de Inglaterra"

En el verano de ese mismo año, el Príncipe de Gales aceptó a la joven maestra de Infantil como prometida. Al "sí, quiero" en 1981 asistió Camilla, mientras que su marido Andrew Parker-Bowles era uno de los oficiales que cabalgaba al lado de la carroza nupcial. Durante su luna de miel, Diana de Gales descubrió que su marido aún tenía sentimientos profundos por Camilla, si bien el príncipe Carlos se distanció de esta última y luchó con determinación por su matrimonio. Sin embargo, en 1984, días después del nacimiento del príncipe Harry, Carlos y Camilla retomaron sus relaciones. Dos años después, el Príncipe y su esposa habían llegado al punto de no retorno. En 1992, Andrew Morton publicó Diana, su verdadera historia, y el Gobierno anunció la separación de los Príncipes de Gales. En 1993, un periódico australiano sacó a la luz una conversación íntima y subida de tono entre Carlos y Camilla, que se conoció como el escándalo del Camillagate. En el verano de 1994, el Príncipe reconoció en televisión que había sido infiel a su mujer.

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Los ingleses se pusieron de parte de Diana y de sus dos hijos, a quienes consideraron los grandes perjudicados, víctimas de la Casa Windsor y de Camilla Parker-Bowles. La Princesa dio su réplica en 1995 en el programa Panorama de la BBC, donde declaró: “No sólo me casé con Carlos, también me casé con su amante, que estaba al corriente del más mínimo detalle”, frase que pasó a la historia. Aquel mismo año, Andrew y Camilla Parker-Bowles se divorciaron y en 1996 los Príncipes de Gales anunciaron oficialmente su divorcio. Carlos y Camilla eran los villanos y la muerte de Diana de Gales, el 31 de agosto de 1997, empeoró con creces la situación. La Princesa del pueblo se convirtió en mito y la denostada Camilla, que llegó a ser considerada "la mujer más odiada de Inglaterra", desapareció del escenario.  Dos años después, se publicó la primera foto de ambos a la salida de la fiesta de cumpleaños de una hermana de Camilla.

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Más de tres décadas después para hacer oficial su amor clandestino

Ese mismo verano de 1999, ella y sus hijos fueron invitados por el Príncipe a navegar con la Familia Real británica. El príncipe Guillermo, su hijo, y la Reina de Inglaterra aprobaban la visita. En el año 2000, se presentaron en público como una pareja formal y discreta. Camilla era ya, a ojos de todo el mundo, la consorte oficial del futuro Rey de Inglaterra. A partir de entonces se precipitaron las apariciones juntos: una exposición sobre Catalina La Grande; la cena de Navidad que el Príncipe de Gales celebraba en el Ritz con sus empleados... El paso decisivo fue dado en octubre del 2002, cuando fue invitada al palco real en un concierto con motivo del 50º aniversario de la llegada al trono de Isabel II. Más de tres décadas tuvieron que esperar Carlos de Inglaterra y Camilla Parker para poder concretar su amor clandestino en boda en abril de 2005, y otra más para ganarse el corazón del futuro reino. En 2003, la pareja se mudó a Clarence House, la residencia real que une el Palacio de Buckingham con la plaza Trafalgar, y residen allí desde ese momento.

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Ahora, tras años de complicidad con los miembros de la Familia Real y plenamente integrada gracias a su carácter extrovertido, todos ven que la compañera eterna del Príncipe de Gales no fue tan mala influencia, tal y como el propio príncipe Harry ha defendido en la biografía escrita por Angela Levin: “Ella no es una madrastra malvada, sino una mujer maravillosa que ha hecho a nuestro padre muy feliz y eso es lo más importante. Guillermo y yo la queremos mucho", sentenciaba. Entre otras actividades y presente desde hace tiempo en los grandes actos institucionales, Camilla se ha destacado por su trabajo en la Sociedad Nacional de la Osteoporosis, tras la muerte de su madre, víctima de la enfermedad. Es presidenta de esta sociedad desde el 1 de octubre de 2000 y fue designada miembro del Consejo Privado del Reino Unido en 2016. Entre las distinciones honoríficas que tiene en su país, están las del miembro de la Real Orden Familiar de la Reina Isabel II, Medalla Conmemorativa del Jubileo de Diamante de la Reina, o Dama Gran Cruz de la Real Orden Victoriana, entre otras. 

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