Cumple seis años

Así es Charlotte de Cambridge, la princesa que heredó la sonrisa 'Spencer' y el saber estar de su abuela

La hija mediana de los duques de Cambridge es un torbellino como la mayoría de las niñas de su edad, pero llegado el momento se convierte en toda una 'lady' como pocas

Por L.F.S.

Tal día como hoy hace seis años, la Torre de Londres, Trafalgar Square y el London Eye se teñían de rosa. La duquesa de Cambridge había dado a luz a una niña, a la que llamaron Charlotte Elizabeth Diana, en honor, como no, a su bisabuela, la Reina y a su abuela, la fallecida Diana de Gales. La pequeña prácticamente nació haciendo historia ya que las leyes de sucesión se cambiaron poco antes de su llegada al mundo para que no tuviera que ceder su lugar a un hermano menor, que llegaría más adelante, lo que dejó a Charlotte en cuarta posición en la línea sucesoria al trono después del príncipe George y por delante de su hermano pequeño Louis. La joven princesa representa ya a una nueva generación de mujeres Windsor, que promete dejar tanta huella como sus predecesoras, a las que honra no solo con su nombre, sino a través de muchos de los rasgos que la definen. 

George, Charlotte y Louis de Cambridge, protagonistas del vídeo con el que sus padres celebran su décimo aniversario

Desde muy pequeña, vieron en ella el vivo retrato de Isabel II. Cuando rondaba los dos años muchos apreciaron la misma caída de párpados, el mismo pelo castaño (sin sus rizos por el momento, eso sí) y los mismos gestos. Además, las similitudes con su bisabuela van más allá del aspecto físico. Pese a la diferencia generacional, ambas comparten aficiones como su amor por los animales, en especial los perros y los caballos, -Charlotte acude a clases de equitación, el deporte preferido de su bisabuela-. Aunque Charlotte es una niña muy inquieta y divertida, ajena en muchos momentos a la institucionalidad y protocolo que le rodea, como cuando no dudó en sacar la lengua en público al ver entre los asistentes a una regata a su abuelo materno, adopta con la misma naturalidad su versión más 'lady'. Así, con una profesionalidad apabullante para su corta edad, sorprendió a todos haciendo una simpática reverencia a la Reina en la misa de Navidad de 2019, cuando solo contaba con cuatro años. Con un gesto similar agradecía las flores de un agregado de defensa que recibía a la familia en el aeropuerto de Berlín un año antes. Todo ello a pesar de que el protocolo no obliga a hacer reverencias a los niños hasta cumplir los cinco años.

Su madre ha avalado alguna vez este carácter de su hija mediana, muy maduro para su edad. "Ella está muy pendiente de todo", decía la Duquesa sobre Lottie, como la llama cariñosamente, de quien también ha asegurado que es la que lleva la batuta entre sus hermanos, lo que le ha valido incluso el apodo de 'la jefa'. Sin embargo, es en los momentos en los que se corretea, juega y se desmelena como solo los niños saben hacer cuando mejor se puede apreciar esa sonrisa pícara y divertida en la que vemos reflejada a la rama Spencer de su familia. En esa picardía vemos la mirada de la princesa Diana, a su padre, el príncipe Guillermo cuando era niño y, sobre todo, a Lady Kitty Spencer, la sobrina de su abuela paterna, con la que siempre se le ha atribuido un asombroso parecido. 

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La 'fórmula del éxito' de Charlotte

¿Qué pasa si en una coctelera mezclas el saber estar de un reina como Isabel II, la ingenuidad y espontaneidad que irradiaba Diana de Gales y la serenidad de los Middleton? Probablemente el resultado sean escenas tan encantadoras como la que regaló Charlotte la primera vez que fue a visitar al príncipe Louis que acababa de nacer. De la mano de su padre y con su hermano George, la pequeña derrochó simpatía a su llegada al hospital de St. Mary en Paddington, pero el momento que hizo derretirse a medio mundo fue cuando subiendo las escaleras, sin soltar la mano del Duque de Cambridge, se gira para dedicar un último saludo a los fotógrafos. 

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Este último año la pandemia ha obligado a dosificar enormemente las apariciones públicas de los royals, y aún más las de sus hijos, por lo que son las fotos que distribuyen en ocasiones especiales las que nos van dando pistas de su evolución. En el caso de los duques de Cambridge también nos han regalado algún vídeo, como el que difundieron la pasada semana con motivo de su décimo aniversario de bodas en el que vemos que la pequeña no ha perdido ni un ápice de su vitalidad disfrutando del campo con su familia. Estos últimos meses también la hemos podido escuchar en público por primera vez, así como a sus hermanos. Fue con motivo de la visita del divulgador científico David Attenbourough a Kensington, todo un ídolo para los niños que no daban crédito a la eminencia que tenían enfrente. Ante la avalancha de preguntas que tenían en mente se reservaron tres para formulárselas en un vídeo que publicaron los duques de Cambridge en su cuenta oficial. "A mi me gustan las arañas, ¿a tí te gustan también?, preguntaba dicharachera y con mucho desparpajo la Princesa, dejando muy claro que le gustan los animales y no necesariamente los más populares. Un rasgo, el de decantarse por lo menos aclamado en el que también se puede vislumbrar el reflejo de su abuela Diana. 

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