En un verano atípico, dentro y fuera de las casas reales, los duques de Cambridge buscan planes para hacer con sus hijos y disfrutar de un buen tiempo que en el Reino Unido no dura mucho. Con la máxima discreción, pero sin esconderse de turistas y lugareños, Guillermo y Kate llevaron a sus tres hijos –los príncipes George, Charlotte y Louis de Cambridge- a un destino de cuento en el que recordar el mágico verano de 1989. Entonces, unos pequeños Guillermo y Harry, disfrutaron de este recóndito y poco conocido lugar junto a Diana de Gales y el príncipe Carlos.
Este jueves los duques de Cambridge y sus hijos fueron vistos en las islas Sorlingas, un archipiélago compuesto por cinco islas habitadas y muchos islotes, que se encuentra en el extremo suroeste de la isla de Gran Bretaña. Ha sido The Mirror el que ha publicado que la familia ha estado allí durante unos días y que fueron vistos montando en bicicleta por la isla de Tresco, la segunda más grande del archipiélago.
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“Guillermo y Kate estaban felices, montando en sus bicicletas y disfrutando del tiempo”, explicó uno de los vecinos al medio británico. Desde luego el plan es excepcional sobre todo para una familia que, igual que muchas, ha estado confinada en su casa de Norfolk desde marzo.
Habitadas desde la Edad de Piedra y rodeadas por el mar céltico, las islas Sorlingas encierran leyendas y un paraje natural de una gran belleza que se puede recorrer en bicicleta o montado en un pequeño bote. Es un destino ideal para ir con niños y quizá por eso lo eligió Diana de Gales en 1989 para unas vacaciones familiares en las que también la vimos montar en bicicleta junto al príncipe Carlos y a los pequeños Guillermo y Harry, que entonces tenían 7 y 5 años.
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Para el duque de Cambridge el de 1989 no fue el primer viaje que hizo a las islas Sorlingas con su madre, ya que Diana había visitado ese lugar estando embarazada de Guillermo. Entonces los Príncipes de Gales llegaron a este archipiélago para unas vacaciones privadas pero eso no impidió que dedicaran una jornada a saludar a los habitantes de la isla principal, Saint Mary, y fueron fotografiados cogiendo el barco para ir a comer a la vecina isla de Tresco.
Los duques de Cambridge fueron los últimos miembros de la Familia Real británica que visitaron estas islas -ubicadas en frente del condado de Cornualles, al que pertenecen- y lo hicieron durante el verano de 2016. En esa ocasión se trató de una visita de trabajo, pero discurrió con un carácter disentido y bajo un sol radiante. Ahora la familia al completo ha podido comprobar porque este archipiélago presume de tener una gran calidad de vida, simple, amable y pacífica. Tal y como se puede leer en la página web de una islas que viven del turismo estacional y que son parada para muchas aves migratorias.
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