El Palacio de Buckingham está en plena ebullición. Este jueves por la mañana, cuando solo habían pasado unas horas desde que el príncipe Andrés, duque de York, hiciera pública su retirada de la vida pública y el abandono, por tanto, de sus obligaciones institucionales mediante un comunicado, se trasladaba hasta la residencia oficial de su madre, la reina Isabel II de Inglaterra, para mantener una reunión con varios miembros de la Familia Real británica. Era la primera aparición pública del duque después de anunciar que su progenitora le había dado permiso para alejarse de los deberes oficiales.
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Tan solo cuatro horas después de su llegada al palacio procedente de su residencia, Royal Lodge Windsor, y conduciendo su propio vehículo -desde el que saludó a los fotógrafos que retrataron el momento-, era su exmujer la que hacía lo mismo. Así, Sarah Ferguson se dejó ver con su habitual sonrisa y haciendo gala de su buen humor en el momento en el que accedió al Palacio de Buckingham en unas imágenes captadas por la BBC. Lo cierto es que desde que saltó el escándalo por el caso Epstein, en el que se vio salpicado el duque de York, la que fuera su mujer durante una década y madre de sus dos hijas, Beatriz y Eugenia, le ha mostrado su apoyo incondicional.
El día en el que el príncipe Andrés concedía una entrevista a la cadena británica BBC en la que daba todo tipo de explicaciones acerca de su relación con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein, aparecido muerto en su celda el pasado mes de agosto, Sarah Ferguson le dedicó unas emotivas palabras en las que expresó su absoluta confianza en él y dejó clara, una vez más, la buena sintonía que mantienen. "Es muy raro conocer gente que sea capaz de hablar desde el corazón con honestidad y verdad y que permanezca firme en sus convicciones. Andrés es un auténtico caballero y no solo es estoicamente leal en su deber, sino que tiene la bondad de ver siempre lo mejor de las personas. Le apoyo profundamente y estoy orgullosa de este gran hombre de principios, que se atreve a enfrentarse a la adversidad y a permanecer firme con su sentido del honor y la verdad", comentó entonces.
La reunión de urgencia en Buckingham -tras la cual, la reina Isabel II ha puesto rumbo a Windsor- refleja la verdadera situación por la que está atravesando la Casa Real británica en estos momentos. Y es que la reina Isabel II se enfrenta ahora a su peor crisis desde la década de los años 90. No solo por la implicación del duque de York en el caso Epstein y su posterior decisión de retirarse de la vida pública, sino también por el reciente anuncio de los duques de Sussex de alejarse del foco mediático debido a la presión que sufren.
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