La cuenta atrás para que el verano llegue a su fin ha comenzado. Pero aunque queda muy poco para que las vacaciones acaben y comience nuevamente la rutina, los duques de Cambridge están dispuestos a disfrutar al máximo de estos días de asueto que están pasando ahora en Balmoral. El matrimonio y sus tres hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis, que a comienzos de julio viajaban a la paradisiaca isla de Mustique para después descansar en Londres y en Hurlingham Club, llegaron por sorpresa en un vuelo low cost el jueves a Balmoral, donde se han reunido con parte de la familia Windsor, con quienes se han dejado ver la mañana de este domingo.
A pesar de que se trata de una escapada privada, Kate Middleton y su marido han vuelto a aparecer ante los flashes acompañando a la abuela de él, Isabel II, a la iglesia Crathie Kirk, a la que tiene por costumbre acudir cada fin de semana de los que pasa en esta localidad irlandesa que se convierte en su refugio durante los meses de verano. Los duques se han trasladado en el mismo coche que la reina, que ocupaba el asiento trasero junto a la duquesa de Cambridge, quien no paraba de saludar y sonreír a los curiosos que esperaban en las inmediaciones de Balmoral. Por su parte, Guillermo de Inglaterra ejercía de copiloto.
En el servicio religioso no han estado los tres solos sino que en la iglesia se han reunido con otros miembros de la familia como el príncipe Carlos, la duquesa de Cornualles, el príncipe Eduardo y la condesa de Wessex con su hija Lady Louise, la princesa Ana con su esposo, Timothy Laurence, Peter Phillips y su esposa Autumn.
Isabel II adora pasar tiempo con los suyos en la casa de Balmoral, en la que disfruta del contacto constante con la naturaleza, los animales... Una vida que a la reina le encanta tal y como indicaba Penny Junor a Sunday Telegraph. “Balmoral es donde ella puede estar verdaderamente relajada, tranquila y a solas. La reina es, en el fondo, una mujer de campo. Le encanta el aire libre y la libertad, y eso es lo que Balmoral le da”, aseguraba.
Además, su familia ha heredado de ella su gusto por esta vivienda estival que para la princesa Eugenia de York es sinónimo de “paseos, picnics, perros y gente entrando y saliendo todo el tiempo”. Tal y como indicaba en el documental Our Queen at Ninety, "Balmoral es el lugar más bonito del mundo, una base encantadora para la abuela y el abuelo, para que vayamos a verlos allí arriba, donde solo hay espacio para respirar y correr".
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