Todo está preparado en la Familia Real británica para acoger el bautizo de Archie Harrison, el primer hijo de los duques de Sussex. Según han informado desde el palacio de Buckingham, el pequeño recibirá las aguas bautismales el próximo sábado 6 de julio, cuando cumpla dos meses, ya que vino al mundo el pasado 6 de mayo en el Hospital de Portland, en Londres. Esta ceremonia tiene lugar prácticamente un año después del último bautizo celebrado en el seno de los Windsor. Fue el 9 de julio de 2018 cuando Louis de Cambridge, hijo de los duques de Cambridge, recibió el sacramento en la capilla real del Palacio de St. James. En aquella ocasión, la reina Isabel II fue la gran ausente por motivos de agenda.
Esta vez se repetirá el mismo patrón: la soberana tampoco acudirá al bautizo de su bisnieto debido a unos compromisos que tenía confirmados antes de saber la fecha en la que tendría lugar esta cita social. Así lo desveló hace unas semanas The Sunday Times. Tanto este medio como otros tabloides británicos realizaron, días atrás, sus propias quinielas acerca de cuándo y dónde se celebraría el bautizo del pequeño Archie. Será el sábado 6 de julio en una capilla privada del Castillo de Windsor. Un lugar especial porque es el mismo escenario que acogió la boda de los duques de Sussex, el 19 de mayo de 2018 y porque,además, está próximo a su residencia actual.
Se espera la asistencia de su orgulloso abuelo paterno, Carlos de Inglaterra, y su esposa, la duquesa de Cornualles, así como su abuela materna, Doria Ragland, que vendrá desde Estados Unidos, donde reside habitualmente. Una de las grandes incógnitas sigue siendo el nombre de los padrinos, que por expreso deseo de los duques de Sussex se mantendrá en secreto. La tenista Serena Williams y la estilista Jessica Mulroney, grandes amigas de Meghan Markle, son unas de las que más papeletas tienen para ocupar este rol.
Del mismo modo, se espera también que el hijo del príncipe Harry y Meghan Markle luzca el mismo encaje de Honiton y el vestido de satén de seda que tradicionalmente han usado sus primos e incluso su tío Guillermo antes que él. Se trata de una prenda que Isabel II encargó en 2004 al comprobar que la original se encontraba bastante deteriorada. Hasta el momento, se lavaba en agua de manantial y se almacenaba en la oscuridad entre bautizo y bautizo.
Con todo, de lo que no hay duda es de que la Familia Real británica es estricta en cuanto a normas y protocolo. Sus reglas han terminado por convertirse en tradición. Por ejemplo y a modo de curiosidad, el agua bendita reposa en la espectacular fuente de Lily y para la tarta suele recurrirse al primer piso del pastel nupcial de los padres, en este caso de los duques de Sussex. Habrá que esperar hasta el día del bautizo para comprobar si el príncipe Harry y Meghan Markle mantienen o no estas arraigadas tradiciones.
Los Duques de Sussex presentan a su primer bebé
