Una simpática anfitriona
A su llegada, al monarca y su esposa, que el 2 de febrero cumplían veinte años de matrimonio, les explicaron el funcionamiento de la granja para poder ponerse cuanto antes manos a la obra. Además, fueron recibidos por un habitante muy especial, una perrita llamada Ella que no dejaba de menear el rabo ante sus dos invitados reales, un gesto con el que demostraba lo contenta que estaba con la visita. "Vamos", le decía el Rey mientras la acariciaba primero para después hacerlo la Reina. Guillermo y Máxima de los Países Bajos se deshicieron en atenciones con el perro puesto que ambos son grandes amantes de los animales. En el palacio de Huis ten Bosch, su residencia de La Haya, tienen tres mascotas llamadas Skipper, Nala y Mambo, con los que posaron en la última felicitación navideña.
-El emocionante gesto de Máxima de Holanda al despedirse entre lágrimas de una seguidora enferma