Los príncipes Elisabeth, Gabriel, Emmanuel y Éléonore no han faltado a la excursión y, ataviados con sus cascos y ropa cómoda e informal, se lo han pasado en grande recorriendo los parques y estanques de este enclave que alberga un carril bici único en el mundo. A través de 700 hectáreas de terreno, es posible recorrer zonas verdes, un museo al aire libre y hasta lo que parece imposible: 'atravesar' la aguas.
Los hijos de los reyes de los belgas han estado muy implicados durante la crisis sanitaria y era habitual verles participando en iniciativas benéficas, como reparto de comida a personas vulnerables o haciendo llamadas telefónicas a ancianos que se encontraban aislados en residencias.
- Así apoyan los 'miniroyals' la labor de los que luchan contra el COVID-19