Aunque desde hace unas semanas se había confirmado que Meghan Markle no asistiría a la coronación de su suegro, el Rey Carlos III, la Duquesa de Sussex cobró relevancia la noche del domingo, pues a pesar de que los ojos del mundo estaban puestos sobre Londres, debido a las celebraciones por la ascensión al trono de Carlos y Camilla, muchos otros seguían muy de cerca los pasos de la actriz, pues sin duda no dejó de causar curiosidad las acciones que Meghan tomaría mientras su familia política se encontraba de fiesta a miles de kilómetros a la distancia. Pues además, la coronación coincidía en fecha con el cumpleaños número cuatro de su primogénito, Archie Harrison, por lo que hasta cierto punto su ausencia en dicha ceremonia se explicaba. A pesar de que en los últimos años ha sido captada en una caminata una sola ocasión, precisamente cuando se mudó a Canadá en el 2020, este fin de semana fue vista en compañía de dos de sus mejores amigos, ejercitándose y dando un paseo por las colinas cercanas a su casa, en Montencito.

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Por la hora y el día en el que Meghan fue captada de caminata en compañía de sus dos amigos, podría esperarse que Harry ya se encontrara en Estados Unidos, luego de su fugaz viaje al Reino Unido, en el cual cumplió con su asistencia a la ceremonia de coronación de su padre, regresando casi de inmediato una vez terminado el rito. Sin embargo, al Duque de Sussex no se le vio en ningún momento al lado de su esposa. Eso sí, Meghan se veía relajada y sonriente durante su trayecto, optando por un look muy deportivo y casual, lejos del protocolo real e incluso el de las alfombras rojas.

Para su tarde de caminata la Duquesa de Sussex lució un look informal de top sin mangas holgado y leggins en color negro, llevando una gabardina de botonadura plateada y cierres en verde militar, complementando su look con un sombrero de ala ancha en color beige con un listón negro alrededor, además de botas de montañismo, gafas oscuras y varias pulseras doradas en una de sus manos, entre las cuales se encontraban algunas que pertenecieron a la Princesa Diana e incluso un brazalete que se cree fue un regalo del Rey Carlos para la Duquesa, según detalló el Daily Mail en su sitio de Internet. Además, Meghan complementó sus joyas con el collar Clarity Retreat, creado por su amiga Abigail Spencer y la diseñadora Maya Brenner, el ayuda a las personas a mantener su paz interior.

Sus cómplices en esta aventura alterna a la coronación de su suegro son dos de sus mejores amigos. La primera de ellas es Heather Dorak, entrenadora de pilates y amiga de Markle desde hace más de dos décadas. De hecho, la instructora estuvo presente en la boda de Meghan y Harry, por lo que se puede intuir que su amistad es inquebrantable y sumamente especial. Lo mismo que con Marcus Anderson, quien ha sido cómplice de la Duquesa desde hace algunos años, pues incluso fue uno de los primeros en saber sobre su relación con el Príncipe Harry.

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El lugar de Harry y Meghan en la Familia Real

Finalmente ha sido este sábado cuando se han despejado todas las incógnitas respecto al tratamiento que daría la Familia Real al Príncipe Harry durante la ceremonia de coronación de Carlos III. Y es que durante los últimos dos actos protocolarios y públicos de la realeza británica, los Sussex habían ocupados lugares muy diferentes en cada uno: para el Jubileo de Platino de Isabel II, Harry y Meghan ocuparon un lugar más que secundario, relegados con el resto de los Windsor que no tienen tratamiento real; sin embargo, durante el funeral de Estado de la Reina Isabel, Harry y su esposa recuperaron el lugar que habían perdido al independizarse de la realeza.

Todo ha sido distinto durante la coronación, pues Harry llegó en solitario y se ha encontrado con sus primas, Eugenia y Beatriz de York, así como sus maridos, Jack Brooksbank y Edoardo Mapelli Mozzi, en las puertas de la Abadía de Westminster, a la que entraron prácticamente juntos. Eso sí, Harry detrás de ellas, algo que dejaba en claro que la línea sucesoria ya no era importante dentro del protocolo, pues delante de ellos estaba el Príncipe Andrés, quien encabezó al grupo, seguido de sus dos hijas y sus respectivos esposos, entrando al final el Duque de Sussex, quien es el quinto en la línea de sucesión, tan solo detrás de su hermano William y sus tres hijos.